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A fuera un blanco pálido lo inundaba todo. Los copos se pegaban a los cristales del vehículo para luego resbalar y acumularse en su extremo inferior. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Andrés aproximó una mano y agarrándome por la polla me atrajo hacia él.
• Ven lebrel. Déjame que te de calor. – Me dijo con una sonrisa insinuante
Luego poniendo las manos sobre los cuellos de mi camisa la retiró dejándome en cueros. Me cogió por los antebrazos y me pego a él abrazándome con firmeza. Al percibir el contacto de su piel con la mía una oleada de calor invadió todo mi cuerpo. Sentía su duro cipote pegado contra mi polla mientras sus manos rugosas acariciaban mi espalda. Mil descargas eléctricas recorrieron todo mi ser.Bajo las dos manos sobre mis posaderas y me estrujó fuertemente contra él. Masajeaba mi culo mientras nos frotábamos sexo contra sexo.
• Aaah,- exclamé cuando posando sus labios en mi cuello empezó a chuparme y besarme tiernamente.
Nunca creí que otra persona pudiera darme tanto placer. Estaba totalmente entregado a sus caricias y una ternura que nunca había sentido me invadió. A continuación ambas manos se colocaron a ambos lados de mi cabeza y mientras me miraba a los ojos posó sus labios sobre los míos.
Cuando su lengua penetró en mi boca fue como si todo él entrase dentro de mi cuerpo. Un beso apasionado entrelazo nuestras lenguas. Ahora fui yo el que le agarró el trasero y lo estrujó contra mi cuerpo. Tenía las nalgas firmes pero con la blandura necesaria para poder amasarlas con las manos. Enroscados como dos culebras nos tocábamos por doquier explorando nuestros cuerpos.Al fin exhaustos nos apartamos y nos quedamos jadeantes uno frente al otro. Me miró a los ojos y con el deseo dibujado en su cara me dijo:
• Hazme una mamada David
Yo le mire a la polla indeciso sin saber muy bien como emprender una tarea desconocida para mí. Apoyó sus manos en mis hombros y mientras me empujaba hacia abajo me susurró.
• Chúpamela
Cedí a sus deseos y me agaché a sus pies. Su polla quedó a la altura de mi cara. Vista de cerca era aún más impresionante. Sin saber muy bien cómo empezar alcé los ojos hacia él. Andrés lascivamente saco la lengua lamiendo el aire.
Apoyé mi lengua en su escroto y la fue deslizando lamiendo todo su tronco, repitiendo la operación varias veces. Su sexo desprendía un tenue aroma a jabón.
• Métela en la boca- me rogó
Le cogí el rabo con la mano y lo incline hacia mí descapullándolo completamente. Una minúscula gota manó de su interior. Fruncí mis labios y los apoye sorbiendo el destilado de su miembro. Luego lentamente fui abriendo la boca para introducir aquel enorme capullo. Su piel era suave como la seda y un nuevo placer se generó en mis labios al contacto con ella. Fui poco a poco agrandando la abertura hasta que pude con dificultad introducir todo su glande. Mis mandíbulas estaban a punto de descoyuntarse albergando semejante pedazo de carne. Luego comencé un suave balanceo metiendo y sacando su rabo de mi boca
Andrés apoyó una mano en mi nuca y me fue dirigiendo en mis avances. En uno de ellos me empujó con fuerza y sentí como su cipote traspasaba la campanilla introduciéndose en mi garganta; me retuvo durante unos instantes hasta perder la respiración. Cuando me dejó libre recuperé el aliento mientras el zumo de su verga mezclado con mis babas se desprendía de mi boca abierta.
Tomando nuestras chaquetas y ofreciéndomelas me dijo:
• Túmbate sobre ellas
Apresuradamente hice un lecho con las prendas y me tendí sobre la espalda. Andrés se arrodilló mientras me abría las piernas para hacer hueco y luego se recostó sobre mí. El peso de su cuerpo me hizo sentirme a merced de aquel hombre que me estaba iniciando en placeres hasta entonces para mi desconocidos.
Me besó tiernamente para luego comenzar a descender recorriendo todo mi cuerpo descubriéndome mil rincones de goce en su peregrinación. Al fin alcanzó su objetivo y deslizó su húmeda lengua por todo mi falo para acabar en el escroto. Cuando metió uno de mis testículos en la boca y lo sorbió a punto estuve de derramarme en aquel mismo instante. Luego agarró mi rabo con la mano y alzándolo lo tragó de un golpe para sacarlo rápidamente
• Dios que gusto. Hazlo otra vez – le dije entre gemidos.
Inició entonces un lento y cadencioso mete y saca. Se detenía en mi glande y lo chupaba, jugueteaba con la lengua en mi frenillo para introducirse de repente el rabo hasta las trancas. Cuando sentía que estaba a punto de alcanzar el clímax detenía y apretaba con fuerza el tronco hasta causarme dolor. De esta manera prolongaba mi excitación en sucesivas oleadas que me acercaban al orgasmo para recomenzar luego lentamente a darme gusto.En una de sus paradas me levantó las piernas y empezó a chuparme debajo de los huevos. Nunca había experimentado una sensación similar. Recorría todo mi perineo mientras me pajeaba suavemente. En una de estas se deslizó más allá y con su lengua empezó a repiquetear en mi inexplorado botón.• ¿Pero qué haces? – le dije mientras contraía mi esfínter.• Acaso no te causa placer- me preguntó preocupado• Siii. perooo….Sin darme tiempo a replicar continuó jugueteando con la lengua. Poco a poco me relajé y comencé a disfrutar de su juego. La punta intentaba poco a poco introducirse en mi flor y mil calambres recorrían mi espina dorsal en cada intento. De repente sentí como un dedo comenzaba a jugar con mi anillo hasta que en un envite se introdujo dentro de mí. Fue más el susto que el dolor lo que hizo que mi esfínter se contrajese sobre él.• Te hago daño• No es que no me lo esperaba.- le dijeProsiguió metiendo y sacando el dedo, rozando de tal manera esa parte tan sensible que su penetración me produjo un inmenso placer. Para que su grueso dedo se deslizara con suavidad lo ensalivaba para reintroducirlo mientras me chupaba suavemente la polla. Al primero se unió un segundo y luego un tercero que me fueron dilatando, hallando en el interior de mi caverna un punto que me hizo retorcer de gozo.• Dios, sigue ahí. Joder que gusto me dasAndrés se detuvo y mirándome seriamente me preguntó• Quieres que te la meta.Con el placer que me estaba dando, sin apenas pensarlo, le dije• Si fóllame. Ahora no pares.