Recientemente me encontré a Pedro un viejo compañero de estudios, tras recordar nuestros años de estudiante, lo invité a cenar en compañía de su novia, que de paso es toda una hembra. La sorpresa fue que en medio de la cena, apareció el «marido» de ella, resultó ser otra chica, muy femenina y delicada, de esas que jamás uno pensarían que se trataba de una lesbiana, o por lo menos no dentro del concepto de que las lesbianas son viejas, gordas que no tan solo visten de hombre, sino que tratan de comportarse como tal. No esa chica además de elegante, y atractiva tenía esa bella mirada de mujer. Para hacerles el cuento largo corto, les diré que las dos mujeres se marcharon sin hacer un espectáculo, a mi ex-compañero de clases se le caía la cara de vergüenza, ante mí.
Tras el incidente me comentó, mientras se daba un gran trago de vodka. No se por qué me siento así, si después de todo lo que me ha pasado en la vida no me debe sorprender nada en lo absoluto. Intrigado comencé a buscar que me contase a que se debía su manera de hablar, y esto fue lo que me contó.
Cuando Pedro ingresó a la Universidad a la edad de 18 años, vivía con sus padres, una pareja de ancianos de unos 80 años, a Pedro realmente no le preocupó mucho la diferencia de edades entre sus progenitores y él, máxime siendo el menor de cómo doce hermanos. Pero para esa fecha, la menor de sus hermanas, había regresado a su casa, como decía el mismo padre, ella era la oveja negra de la familia, al poco tiempo Pedro entendió la razón del titulo, Mayra tenía como unos treinta y tres años, de baja estatura delgada de cabellera larga y rubia y una carita angelical, además de un cuerpo bello y atractivo de por sí, aunque sin que ella se lo propusiese aparentar mucho menos edad que la que tenía.
La tal Mayra, se llevaba poco con Pedro. Ya que según él entendía, hasta que él nació ella era la consentida de todos en la familia. Cuando Pedro cumplió sus cuatro o cinco años de edad ella se marchó del hogar paterno, según y que para conocer mundo. Ahora regresaba y parecía que ella no había cambiado nada, no tan solo en lo físico, sino en la forma o manera de comportarse, la mayoría de las veces llegaba de madrugada a la casa, borracha como una perra, y al día siguiente la discusión entre sus padres y Mayra era algo de esperar.
Un día se armó la San Quintín, cuando se enteraron que Mayra se dedicaba a trabajar de bailarina exótica, o nudista. Pero Mayra les calló la boca a los padres de Pedro, diciéndoles que si tanto les molestaba, ella no se volvía a marchar, sino que ellos serían los que saldrían de la casa, pero llevándose todas sus pertenencias, y sus padres no volvieron a tocar el asunto.
Pedro continuó contándome todo con lujo de detalles, por lo que pienso que lo mejor es que sean sus propias palabras las que les ilustren lo sucedido.
Como al mes de haber llegado Mayra, gracias a Dios mi madre se ganó un viaje, en la iglesia, era para dos personas y el destino era Tierra Santa y algunos lugares de peregrinación en Europa.
Desde luego todos estábamos muy contentos por dicho viaje, el resto de mis hermanos mayores recogieron dinero para que los viejos disfrutasen más. Todos menos Mayra, ella deseaba que yo me fuera, hasta les ofreció pagar mi pasaje para que los acompañase, pero debido a que la fecha del viaje era la misma que las de mis exámenes finales, no pude aceptar el raro ofrecimiento.
La misma noche que nuestros padres se marcharon, Mayra hizo una fiesta en casa, fue cuando me di cuenta que además de bailarina se dedicaba al oficio más antiguo del mundo, realmente me enteré, recién cuando llegaba de uno de mis exámenes finales, una gran cantidad de personas en mi casa, a los cuales a ninguno conocía. Hombres y mujeres que entraban en las habitaciones y al rato salían luego de haber estado teniendo sexo por dinero, y Mayra era la encargada de cobrar, y en más de una ocasión la vi entrar a los dormitorios en compañía de distintos hombres. Por suerte mis padres habían dejado cerrada su habitación al igual que yo la mía. En cierto momento pensé en unirme a la «fiesta» pero n
o me pareció nada sensato, así que me fui a dormir, torturándome con la imagen de mi hermana manteniendo sexo con esos distintos hombres.
A la mañana siguiente, cuando me levanté únicamente me puse una toalla alrededor de mi cintura, me sorprendió ver un par de señoras que terminaban de limpiar la casa y se marchaban, todo lo habían dejado en orden tras ellas dos marcharse, nadie diría que la noche anterior había habido una fiesta, por llamarla de alguna forma, cuando llegué a la sala me encontré a Mayra dormida sobre el sofá de la sala, únicamente vistiendo una gran camisa, que se encontraba desabotonada, parecía que recién se había dado un buen baño, su cabellera rubia completamente mojada, su desnudes era algo nuevo para mi, me llamó la atención desde un principio, no podía dejar observar sus bellas piernas, sus desnudos muslos, su coño completamente depilado, su pegado vientre, y esos bellos senos bien formados.
Torpemente hice ruido cuando tropecé con una silla y ella se despertó, como si nada hubiera pasado me dio los buenos días, sin el menor recato de su parte, lo que me dejó más cortado todavía, como les dije no podía quitar mis ojos de su bello cuerpo. Mayra sacó un cigarrillo del bolsillo, me pidió fuego y como un zombi le obedecí, no fue hasta que me tiró algo de humo en mi rostro que me di cuenta de que no se trataba de un cigarrillo normal y corriente, como dice un amigo mío «de los importados de Sur América». Eso me dejó más confundido todavía, Mayra me ofreció un jalón, pero me negué, no es que sea un santo, pero a esa hora de la mañana realmente no lo acostumbro hacer, además el tener a mi hermana mayor frente a mi casi desnuda, no es algo que se de todos los días. Mayra luego de dar unas cuantas jaladas, me preguntó directamente si yo era virgen o nada más pendejo, a medida que se levantaba dejó caer la camisa que apenas y la cubría, yo comencé a caminar hacía a tras hasta caer sentado en el sillón del viejo, sin saber que hacer.
Mayra se me acercó insinuante, y por sobre la tela de la toalla que yo usaba en esos momentos, se podía ver con claridad que me encontraba excitado del todo, ella se quitó el cigarrillo de la boca, y lo colocó en la mía, mientras se arrodillaba ante mi, sentí como me quitaba la toalla, mientras me decía, dale una patada, «se refería a que le diera una jalada al cigarrillo», yo como un autómata comencé a aspirar mientras ella con sus finos dedos acariciaba mi erecta verga, mi hermana me estaba jalando una fabulosa paja, sus dedos acariciaban mis testículos, mientras que subía y bajaba por el tallo de mi pene, mientras que yo no dejaba de observarla completamente entusiasmado, por lo que estaba sucediendo. Mayra acercó su rostro a mi verga y sin dilación comenzó a lamerla suavemente, y yo fumaba con mayor fuerza, jamás en mi vida había ni tan siquiera soñado con un desayuno como ese, ella se fue tragando mi verga por completo, hasta que estuve a punto de venirme en su boca, pero me ha dado un jalón en las bolas que me prácticamente me dejó como al principio.
Sin más ni más se levantó, me tomó de la mano y me condujo al sofá, sobre el cual se acostó boca arriba con sus bellas piernas bien abiertas de par en par, dejando ante mis ojos por primera vez toda la belleza de mi primer coño, sus manos me atrajeron a su cuerpo, hasta que mi rostro estuvo frente a frente a esa hermosura, bello rosadito con ciertas áreas algo más coloradas, húmedo, sin más enterré mi cara en él, sin importarme a cuantos había recibido la noche anterior, se la estuve lamiendo por un buen rato, en más de una ocasión la escuché gemir de placer, hasta que me detuvo y me indicó que me pusiera de pie, tomó mi verga nuevamente entre sus dedos, y la condujo hasta el centro de sus piernas, a medida que la penetraba sentía lo que jamás y nunca había sentido con mi verga, ese calor húmedo y sabroso de echo era mi primera vez para serles franco, así que pueden imaginarse como me encontraba yo, poco me importaba que fuera mi hermana mayor, la cosa es que estaba divina, mi verga entraba y salía de su vulva y para mi era algo increíble que estuviera pasando. No se si fue la nota, o que, pero al momento de venirme, pegue un grito más fuerte que los que podía pegar Tarzan. Al
rato mientras me reponía, sentí sus dedos nuevamente jugar con mi verga, y a los pocos segundo se la llevó nuevamente a la boca, para mi sorpresa se me puso dura nuevamente como un tronco, pero Mayra cambió de posición, se colocó boca abajo, y parando sus nalgas me invitó a que se la encajase de nuevo en su depilado coño, cosa que hice sin perder tiempo, nuestros cuerpos se continuaron moviendo por un rato, hasta que ella, no se como lo hizo pero se ha sacado mi verga de su coño, y la puso en la boca de su culo, al ver como la penetraba me volví como loco todavía, apretándola con fuerza contra mi cuerpo, ella por su parte movía el culo como una batidora, hasta que finalmente acabé dentro.
Al rato nos levantamos, yo no sabía que decir, pero ella me comentó, lo mejor es que te quedes sin decir nada, estás divino no sea que metas la pata y lo riegues todo. Le hice caso a mi hermana, y ambos nos fuimos a bañar, ya en la ducha ella traviesa mente comenzó a frotar su cuerpo contra el mío, yo estaba de espalda a ella y sus manos agarraron mi verga mientras el agua nos caía sobre nuestros cuerpo, luego condujo mi rostro nuevamente a su coño y desde luego terminé dándole otra buena mamada.
El resto de los día que compartimos dormíamos juntos, yo sabía que ella se dedicaba a putear, pero eso no me importaba, me preocupaba que nuestros padres no se enterasen, ocasionalmente los dos salíamos juntos, pero Mayra era media loca, le gustaba exhibirse, y cuando digo exhibirse es que lo que más la calentaba era ser observada cuando follábamos, eso me trajo un par de problemas en la calle. Como a la semana nos agarró un oficial de policía follando dentro del auto de ella, él de seguro estuvo observándonos la mayor parte del tiempo, nos encontrábamos en una calle cercana a nuestra casa, que como verán pudimos haber esperado para hacerlo en la seguridad de la casa de los viejos, pero Mayra de momento detuvo el auto, eran como las tres de la madrugada, y justo se paró a unos dos o tres metros de un poste de luz, que como cosa rara funcionaba, ya apagado el auto, nos comenzamos a besar y una cosa llevó a la otra, yo al principio me encontraba algo temeroso de que a esa hora de la madrugada alguien nos viera, pero apenas pasaron unos segundos, dejé de pensar en tonterías, mi lengua recorría su delgado cuello, y hurgaba dentro de su boca, mientras que sus manos se dirigieron rápidamente a mi verga, que luchaba por salir de su encierro, en un dos por tres le subí la mini falda que usaba y prácticamente le arranque el hilo dental que usaba como panti, sin perder tiempo nos las arreglamos para tirar los asientos hacía atrás, y finalmente le introduje mi verga en el caliente coño de mi hermana. Mayra me clavaba las uñas en mi espalda y nalgas apretándome con fuerza contra su cuerpo, por un buen rato estuvimos en el mete y saca, ella chillaba de placer, mientras que yo no dejaba de decirle lo sabrosa que estaba y lo puta que era, lo que a mi hermana parecía encantarle de sobre manera, cuando finalmente acabé dentro de ella, Mayra comenzó a reír, cuando le pregunté que le pasaba me señaló haciendo un mohín con su boca que nos estaban viendo, al voltear mi cabeza vi al otro lado del cristal delantero del auto, a un oficial del orden público, o sea a un policía, que nos miraba con su nariz pegada al vidrio del auto, sus ojos claramente delataban que se encontraba muy excitado, de inmediato nos ordenó salir del auto, procedió a arrestarnos por faltas a la moral y buenas costumbres, además de otras cosas que mencionó a las que realmente no les puse mucha atención, ya me veía preso y la vergüenza y el dolor, que pasarían los viejos cuando se enterasen de lo sucedido. El policía hasta nos puso las esposas, a mi en la mano derecha y me unió a Mayra colocándosela en la mano izquierda, pero mi hermana comenzó a platicar con el agente, a medida que ella le hablaba dulcemente, se le fue acercando de manera insinuante y seductora, yo permanecía esposado a ella observando todo lo sucedido, su mano libre sin mucho esfuerzo, en un dos por tres sacó la verga del azul de su pantalón, se la acarició con suavidad ante la mirada expectante de su dueño. Por mi parte procuraba actuar de manera controlada, haciéndome el indiferente, cuando volví a verla Mayra se encontraba agachada frente al guardia, con la verga de este dentro de su hermosa boca, el se había apoyado contra el guarda lodo delantero del a
uto mientras que yo me mantenía lo más separado que las esposas me lo permitían. Mayra se lo mamó y chupó como le dio gusto y gana, y a los pocos segundos él puso los ojos en blanco, era como si se hubiera tragado la lengua, su rostro quedó pálido, y en su rostro se dibujó una gran sonrisa de satisfacción. Finalmente nos soltó, de camino a la casa nos fuimos riendo como un par de locos.
A los pocos días los viejos llegaron de viaje. Yo, para evitar cualquier situación procuraba no encontrarme frente a Mayra, en presencia de los viejos. Ella era muy volada, y no fuera que se le saliera decir que éramos amantes, creo que eso hubiera matado a mis padres.
Durante un tiempo, yo me pasaba en la madrugada a su cama, o ella me visitaba en mi habitación. Hasta que ocurrió lo que ocurrió, a Mayra la arrestaron por un escándalo, ya que la agarraron en la cama de un hotel mientras, se acostaba con un político, la esposa de este entró con fotógrafos y un abogado, al día siguiente la noticia corrió como reguero de pólvora. Eso trajo un tremendo jaleo en casa, cuando los viejos se enteraron, y el resto de mis otros hermanos se presentaron para llamarle la atención a Mayra, en medio de la discusión mi padre la votó de casa y le dijo que era igual que su tía, o sea, una hermana por parte de él, que al parecer no podía ver un calzoncillo colgado por que se le pegaba al dueño, pero eso no paró hay, ella sencillamente dijo «OK., ya me canse de que ustedes me jodan tanto, lo primero es que los que se van de la casa son ustedes, ya que si no se acuerdan esta a mi nombre, segundo se llevan todo menos a Pedro». Cuando dijo eso me señaló, yo pensé. Me jodí se lo va a decir a los viejos, luego continuó diciendo. Ya es hora que Pedro se entere de que soy su verdadera madre. Cuando la escuché, me quedé de una sola pieza, la que yo pensaba que era mi hermana, hasta esos momentos, decía ser mi madre, por otra parte la que conocía como mi madre se desmayo, mi padre o mejor dicho mi abuelo le dio un ataque, el mayor de mis hermanos se volvió loco y comenzó a gritar un montón de tonterías, una de mis otras hermanas se le tiró encima a Mayra con el fin de golpearla, yo me tuve que meter, mi cuñado perdón mi tío político, detuvo a la que sería mi tía, en fin terminamos casi todos en el hospital.
Mayra resultó ser mi verdadera madre, de mi padre biológico, no tenía ni idea. Cuando regresamos ella y yo a la casa, ya que a los viejos los dejaron hospitalizados, me comentó secamente, que cuando tenía como 16 años un tío, hermano de su madre o sea de mi abuela, abusaba de ella sexualmente, según Mayra ni mi abuela y ni su madre o sea mi bisabuela le hacían caso, hasta que el tío la preño. Para que él no fuera preso, mis abuelos, se la llevaron a la finca de la familia, hasta que ella dio a luz, luego sencillamente dijeron que yo era hijo de ellos.
Esa noche yo francamente no pensaba hacer nada, mi mente solo daba vueltas, aunque yo no quería, pensaba en Mayra, como mujer y no como mi madre. Pero ella se presentó al cuarto mío semidesnuda y con unas copas en las manos, me dijo alegremente. A los viejos los vamos a meter a un hogar de ancianos, y tu yo vendemos la casa que de paso esta a mi nombre, luego nos vamos de viaje un tiempo.
Yo pensaba oponerme a esa idea tan descabellada, pero al ver su coño frente a mi rostro, solo alcancé a decir, como tú digas mamá. Mayra acercó su coño a mi boca y comencé a chupárselo como un desesperado, mi lengua lamía su vulva con insistencia, chupaba su colorado clítoris, arrancándole gritos de placer, Mayra restregaba su coño con fuerza contra mi cara, al tiempo que derramaba sobre mi algo del licor que estaba tomando, por un buen rato me dedique a mamársela como Dios manda, luego ella se puso en cuatro patas, dejándome ver con toda claridad su hermoso culo, sin que ella me lo insinuase siquiera dirigí mi boca a su ano, le enterraba mi lengua mientras que Mayra daba gritos de placer, y me decía, una y otra vez. Pedrito chúpame el culito, mis dedos hurgaban dentro de su húmedo y caliente coño. Ella en cierto momento me pidió que se lo metiera sin cambiar de la posición en que se encontraba, me arrodille tras mi mamá, y mientras con una mano le abría el culo con la otra dirigía mi verga a su palpitante, colorado y casi negro hueco. Mi sal
iva actuó como lubricante, ella soltó un ahogado chillido de dolor, pero casi de inmediato comenzó a mover su culo con gran fuerza, nuevamente enterré mis dedos dentro de su coño, mientras que le decía lo sucia y perra que era, lo bueno que estaba su culito, a medida que yo le enterraba y sacaba mi verga, Mayra me decía, por su parte, dame duro hijo de puta, que estas bien bueno. Esa noche nos revolcamos en casi toda la casa, cuando no era que yo se la mamaba a ella, ella me lo mamaba a mi, hasta en cierto momento introdujo algunos de sus dedos dentro de mi culo, haciéndome sentir tan excitado y algo jamás experimentado por mi. A la mañana siguiente amanecimos en el patio trasero de la casa, me acuerdo que una vecinita nuestra de cómo unos dieciséis años nos observaba desde su ventana, cuando Mayra se dio cuenta de ello, se arrodillo frente a mi y sin decir nada comenzó a mamármelo, la chica no nos quitaba los ojos de encima, y hasta me atrevería apostar que su mojo las pantaletas que debía tener puestas.
Hoy en día, estamos separados, pero no ha sido por pelearnos, ocasionalmente nos encontramos, lo que pasó fue que se casó con el político del patio, en que se vio envuelta en el escándalo, yo paso por su hermano menor. Mis tíos no nos hablan, los viejos están en el asilo de ancianos de la ciudad, de salud están bien, gracias….
Cuando Pedro me contó todo, de verdad que no me extraña las cosas que le pasan. Para colmo, es miembro de la comisión de ética en el gobierno. ¿Qué opinan ustedes?
Atentamente Narrador.
Autor: Narrador
narrador ( arroba ) hotmail.com