Lo di vuelta suavemente, me puse sobre él, besándole el cuello, bajando por la espalda, separando sus piernas, abriendo sus glúteos para salivar y lubricar bien ese culito que en unos momentos iba a ser mío
No fue fácil conciliar el sueño esa noche, todo lo que había pasado era muy fuerte e inesperado. Luego de ducharme, me acosté en mi cama, pensando en lo sucedido. No podía creerlo, pero al mismo tiempo, no podía evitar recrear las escenas y sentir que mi cuerpo se estremecía de placer. De cualquier forma pensé que en la mañana tendría una charla con mi bebé y que lo que había pasado sería un secreto entre los dos y que nunca más se volvería a repetir. Sentí como se duchaba, lo imaginé desnudo acariciándose, pasando jabón por su cuerpo y no pude evitar que mi verga se pusiera dura. Sentí sus pasos pasar por la puerta de mi cuarto, se detuvo un instante y me hice el dormido temiendo no poder decir NO.
A la mañana preparé, luego de ducharme, un desayuno liviano y fui a despertar a Maxi. Lo vi dormido, con el pelo rubio revuelto, los labios entreabiertos, con su pecho y brazos destapados y tuve que hacer un tremendo esfuerzo para no meterme en su cama y tomarlo en mis brazos.
– Maxi, bebé – le dije mientras acariciaba su cabeza.
– Hola papá – contestó.
Desayunamos y le dije que necesitaba tuviéramos una conversación. Hablamos mientras íbamos al club. Le pregunté sobre su vida sexual, sus gustos, si lo que habíamos hecho era algo común en él. Me explicó que era virgen, que consideraba que estaba en una etapa "asexuada", que si bien sale con algunas chicas a lo máximo que había llegado con ellas era a caricias y que lo masturbaran. En cuanto a los muchachos con uno sólo llegó a besarse y en algunas oportunidades a masturbarse mutuamente. En una palabra, está despertando al sexo y no está totalmente definido en sus gustos. Cuando fui a hablar de lo acontecido anoche, me pidió que por favor no me arrepintiera, que pasó algo especial, en un momento especial y que estábamos siendo felices y que disfrutáramos sin pensar. Era conciente, como yo, que no era correcto, pero no estaba arrepentido.
Todos los argumentos que tenía preparado, se esfumaron. Decidí dejarme llevar por los instintos y continuar con esto que no sabía como definir. Llegamos al club, nos esperaban un grupo de amigos y nos reunimos para comenzar con las competencias que teníamos planeadas. Disfrutamos nadando, nos mirábamos cómplices, nos sonreíamos, guiñábamos, en fin parecíamos dos jóvenes de la misma edad gozando sanamente de los deportes&Ganamos algunas competencias, perdimos otras& nos divertíamos junto a amigos que, p Raúl, un amigo, que quería mostrarnos los arreglos que estaba realizando en la casa. No voy a seguir con detalles, cuento esto simplemente para que imaginen que a Maxi y a mi, evidentemente, lo único que nos importaba era estar juntos y no nos interesaba ninguna de las cosas que pudiera mostrarnos Raúl y su mujer. Aprovechábamos, al pasar, a tocar nuestras manos, sentarnos en un mismo sillón y que nuestras piernas se rozaran, aumentando los deseos de ambos.
Finalmente llegamos a casa. Ya en el ascensor comenzamos a besarnos, tocarnos. Entramos al apartamento y fuimos uno en un apasionado y ardiente beso&Jugueteaban nuestras lenguas, ávidas de la saliva del otro.
– Vamos a ducharnos juntos. – propuse. Y, sin decir palabra, casi corrimos al baño comenzando a desnudarnos mutuamente. Abrimos la ducha y ya desnudos nos metimos abrazados, besándonos, acariciándonos& Es muy difícil describir lo que sentí en esos momentos, su cuerpo pegado al mío& amantes ardientes, no padre e hijo&.Ardía, nuestras bocas unidas& nuestras lenguas enlazadas& nuestros pechos muy juntos&las vergas tocándose y refregándose contra nuestros vientres& empujaba a Maxi contra la pared, metía una de mis piernas entre las suyas, como para estar mas unidos&mientras la lluvia de la ducha nos mojaba, tibia y hacía aún más placentero el momento& Casi sin darnos cuenta pasamos a la otra pared, quedé contra ella y el empezó a besarme las tetillas, levanté los brazos y comenzó a lamerme las axilas&yo deliraba y sólo acariciaba su cabecita, continuó bajando hasta encontrar mi pija cuya cabeza metió
en la boca con desesperación, también él estaba esperando este momento.
– Despacito, bebé. Tenemos toda la noche para nosotros- dije.
Maxi continuó metiéndose todo lo que podía de mi verga en su boca mientras una mano acariciaba mis huevos llenos de leche, me abrí un poco más de piernas para que pudiera tocarme el culo también. De pronto se incorporó, se dio vuelta apretando su cuerpo contra el mío. Separé un poco sus piernas para ponerle mi verga entre ellas, comenzando a besarlo por el cuello mientras una de mis manos acariciaba sus tetillas y la otra jugueteaba con su verga y sus testículos.
– Necesito sentirte dentro de mí. Suplicó.
– Te invito a ir a "nuestro sillón".- dije.
Nos secamos apenas y me pidió que me sentara mientras me preparaba un trago. ¡No podía creer lo que estaba sucediendo! Otra vez a revivir lo de la noche anterior, otra vez a amarnos, otra vez a calentarnos a más no poder ¡Que situación tan extraña&! Maxi, mi bebé, otra vez en mis brazos, queriendo ser totalmente mío deseándome y yo correspondiéndole en todo. Observaba su andar, desnudo, con su porte atlético, su verga a media erección, sus muslos duros, sus nalgas, fuertes para su edad y se me nublaba la vista de deseo. Mi hijo me estaba volviendo loco y yo disfrutaba de ello. Cuando me alcanzó el vaso de whisky y se sentó a mi lado, poniendo su cabeza en mi hombro, me recosté bien al sillón, estirando mis piernas, dejando mi verga más al descubierto, cosa que hizo que Maxi prácticamente se abalanzara sobre ella para besarla y chuparla. En ese momento, justo en ese momento, sonó el teléfono.
Atendió Maxi, ¡era mi mujer! Mientras lo sentía hablar, con naturalidad, sentí otra vez la sensación de culpa, de dolor, de arrepentimiento. Maxi me pasó el teléfono, ¡me sentí ridículo, en bolas con la pija parada, a punto de hacer el amor con mi hijo, y hablando naturalmente con mi mujer&!!! Fue tremenda la sensación. Mientras hablaba, Maxi fu ahí en más comenzamos un juego erótico y sexual casi imposible de describir. (Debo aclarar dos cosas que creo no haber dicho: 1) Me gusta mucho el "franeleo", es decir todo el juego sexual anterior a la penetración, me gusta tanto como la introducción en si. Puedo de morar horas besando, lamiendo, jugando, etc. 2) No me gustan las ostentaciones y debo decirles que no tengo una verga "descomunal", es de tamaño común, 17 ó 18 cmts., pero si con un grosor bastante "especial" que puede hacer las delicias o causar un poco de dolor hasta acostumbrarse) Maxi se sentó sobre mis muslos flexionó las rodillas alzando sus piernas a cada uno de los lados de mi cuerpo, acercando su verga a la mía.
Con un brazo se tomaba de mi cuello y con la otra pellizcaba mis tetillas yo hacía otro tanto con las suyas; cuando sentí que estábamos con las vergas juntas con la otra mano las uní más comenzando una especie de lenta masturbación que evidentemente nos enloquecía.
– ¿Estás bien bebé? – En el cielo. – susurró en mi oreja antes de introducirla en ella.
– Papi quiero ser tuyo totalmente. Dijo mientras se abría más de piernas y elevaba un poco su pelvis acercando su sagrado orificio a mi verga haciendo que las soltara.
Seguidamente traté de poner mi pija debajo de sus huevos, Maxi al sentirla cerca de su culo cerró un poco sus piernas disfrutando, mientras yo salivé mi mano para mojar la cabeza de la suya. Sabía que esta situación no iba a durar demasiado, era muy grande la calentura y muy poca la experiencia de Maxi para aguantar la eyaculación. No me importaba porque también sabía que a su edad la erección vuelve mucho más rápido que la mía.
– Papá si continúas voy a acabar.
– Es lo que quiero, aunque más me gustaría que lo hicieras en mi boca.
– A mi me gustaría que vos lo hicieras en mi culo&..Basta papito, acabo, acabo&.
Seguí acariciando su verga agachándo un poco mi cabeza de manera tal que el segundo chorro del néctar sagrado llegó a mi boca&era una delicia& sentir semen en mi boca& sin peligro… semen de mi hijo& Maxi acercó su boca a la mía y al besarnos sintió el sabor especial de su propio jugo& Comencé entonces una rápida paja para acabar mientras nos besábamos& al llegar al clímax traté que nos agachá
ramos juntos para recibir los dos la leche que empezó a brotar de mi verga y así continuar con el beso apasionado& Estábamosfelices, gozábamos, disfrutábamos de esa pasión incontrolada y prohibida& Luego de unos minutos nos recostamos en el sofá, sin separar nuestros cuerpos, besándonos y nos mantuvimos así casi media hora, haciéndonos mimos, acariciándonos, disfrutándonos, con las piernas entrelazadas, mojados por los líquidos del amor& Cuando fuimos a bañarnos volvimos a ser dos niños, jugando, jabonándonos, abrazándonos, bajo la ducha, nos besábamos mientras, ahora sin pudor, acariciábamos nuestras vergas y nuestros huevos& nos pasábamos jabón por el culo y aprovechábamos a meter un dedo, dos& – ¡Papá quiero que me la metas ya!! -dijo Maxi ofreciéndome su culito jabonado – Mirá que lubricado lo tengo con el jabón.
Me acerqué y pasé mi pija por su orificio mientras le dije al oído:- Bebé juguemos, pero dejemos para después en la cama, tranquilos, hacer todo lo que queramos. Te prometo satisfacerte en todo lo que quieras. Tu culito necesita un tratamiento especial, que papito le va a hacer. Se dio vuelta y nuevamente nos besamos, tomé su pija con una intensamente sin tapujos, felices, tratando por sobre todas las cosas hacer feliz al otro&..Cuando llegó a mi verga la tomó amorosamente, y lentamente comenzó a lamerla en toda su extensión, de la cabeza a los huevos& luego siguió con éstos& abrí mis piernas levanté las rodillas para que jugara también con mi culo&humedeció sus dedos y mientras su boca tragaba mi pija un dedo primero, dos después entraron y salieron haciéndome gozar como loco.
– Papi, estoy deseando sentirla adentro mío& que me la metas toda&. que me llenes de leche hasta desbordarse – gemía.
Entonces le pedí que sin dejar de chuparme acercara su culo a mi cara. Tenía ante mí el culito de mi bebé para besarlo, lamerlo, chuparlo, meterle la lengua&. y mientras podía tocar su verga y sus huevos& Comencé a lamerlo lentamente, desde el orificio hasta los huevos varias veces, con dedicación contemplando como su esfínter se contraía de placer& tratando de meter mi lengua en esa gruta llena de placer& Lo sentía gemir y chupar con más ganas mi verga, mientras sus dedos jugaban con mi culo dándome un placer indescriptible& y se fue dando un jueguito donde las llamadas "malas palabras" (las cuales nunca me gustaron demasiado) nos fue calentando cada vez más, si eso era posible& "Papito quiero que me cojas", "Papá quiero toda la verga adentro", "Si mi amor, te la voy a meter toda", "Papi quiero tu pija palpitando en mi culo, llenándome de leche"," Bebé te prometo que se va chorrear por tus piernas"&" Cógeme"& etc.
Fui a buscar un whisky (siempre buen compañero) y pasé a retirar de mi cuarto una crema que es algo dilatadora y cuando volví mi querido y pequeño Maxi estaba esperándome ansioso. Tenía una pierna levantada y para un costado como tapando sus partes íntimas. Me acerqué, me senté a su lado, le di un beso en la boca y sólo pude decirle si estaba seguro y su boca se prendió a la mía en un beso apasionado que demostraba que no había dudas en lo que íbamos a hacer. Lo di vuelta suavemente, me puse sobre él, besándole el cuello, bajando por la espalda, separando sus piernas, abriendo sus glúteos para salivar y lubricar bien ese culito que en unos momentos iba a ser mío. Comencé a besarle toda la raya, con esos poquitos pelitos que me enloquecían, lamía su orificio con pasión& subía un poco mi lengua para que mi mentón jugara deteniéndose en su agujero& lo sentía gemir& Yo emitía sonidos guturales provocados por mi pasión y calentura& "Cógeme papá"&.Detuve mi jugueteo y puse en mis dedos una buena cantidad de crema que con mucho cariño comencé a pasar por su culito&metía un dedo& dos& tratando de dilatar esa hermosa caverna que en unos minutos sería atravesada por mi ansiosa verga. Maxi gemía, yo gozaba&. Era tanto lo que me gustaba este preámbulo que por momentos tenía miedo de acabar&. Mi bebé abrió más las piernas elevando su culito para que yo trabajara mejor y a su vez me excitara más, puse un poco de crema en la cabeza de mi verga, le pedí que subiera un poco m
ás sus caderas, separé más las piernas y así arrodillado detrás de él, apunté con mi pija su virgen culito&
Jugueteé haciéndosela sentir alrededor del agujerito, cuando me paraba en él sentía como se estremecía, como palpitaba esperando una embestida&. Demoré un poco, me hacía rogar porque al mismo tiempo tenía miedo, no quería que sufriera, su culo era evidentemente virgen, estre lentamente y logré que entrara toda la cabeza, sentía que su esfínter me la apretaba, le estaba doliendo& – Bebé, dejamos aquí la saco y nos besamos hasta acabar los dos. No quiero continuar con esto, no quiero que sufras.
– Papito, se que duele al principio, pero se que después va a ser distinto.- contestó entrecortadamente.
No podía seguir, me incliné hacia él, cuidando no se saliera mi pija, apoyado en una mano y con la otra traté de tomarle su verga. Estaba "muerta" por el dolor que le sentía. La toqué, acaricié sus huevos y le dije cerca del oído que dejáramos, que lo dejaríamos para después, que no podía verlo sufrir. Me contestó que no, que me quería sentir todo adentro. Me incorporé, sin sacar la pija de su culo, lubriqué la parte que quedaba sin entrar y alrededor de su orificio también coloqué más crema. Empujé otro poquito, pero era imposible. Si fuera otra persona probablemente hubiera actuado de otra manera, sin tantos miramientos, pero yo no podía hacerle eso a mi Maxi.
– Mi vida, no puedo seguir, quizá en un rato o en otra posición podamos. Quiero acabar, así como estamos, en tu culito, sin moverme&.simplemente aprieta el culito y aflójalo varias veces y llenaré tu culo de lechita. Entonces oleadas de placer fueron llenando mis sentidos, sentía que mi verga estaba en un estuche de terciopelo y sentía como era "besada" por ese culito que apretaba y aflojaba, apretaba y aflojaba& Miraba la carita de costado de mi bebé como se mordía el labio de abajo por el dolor y el deseo, bajaba mi vista y veía mi estaca a medio entrar en ese culito hermoso y virginal& Estaba en el cielo& Sentí que iba a acabar, no podía aguantar.
Le avisé a Maxi y mi comencé a largar en su culo toda la leche acumulada& – Te siento, papito, siento como me llenas de leche calentita& Luego que saqué mi verga y nos abrazamos en la cama, nos besamos, acariciamos, hasta lloramos los dos de alegría, de amor. Besé sus ojos, sequé sus lágrimas con besos& Nos dimos cariño, amor, comprensión, y sobre todo FELICIDAD. Esa noche volvimos a jugar, a tratar de hacerle nuevamente el amor, y a regañadientes primero, pero plenamente después, me permitió que le hiciera una buena mamada que creo no va olvidar nunca&
No se si volveremos a repetir lo vivido, pero si se que fuimos plenamente felices, que fuimos uno del otro de una manera "natural" ninguno se sintió obligado& Descubrí que amo a mi hijo de una manera especial, creo ser correspondido y los dos quedamos agradecidos a la oportunidad que la vida nos dio. No voy a continuar contando la última noche porque sería repetir sensaciones que ya he descrito, sólo diré que fuimos plenamente uno del otro y si bien yo fui el primero en su culo, el mío fue el primero que su prometedora verga atravesó.
Autor: Rafael rafai80 ( arroba ) yahoo.com
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