Soy un profesionista de 48años de edad y casado en segundas nupcias con mi esposa, Araceli quien tiene 44 años. Ambos disfrutamos muchísimo de nuestra intimidad y un día, hace unos meses, mi mujer me relató un sueño que había tenido en donde participaba en un trío hombre mujer hombre. Me confesó que esto la había excitado sobremanera.
Antes de que ella me contase dicho relato, yo, aunque deseaba algo semejante, nunca me había atrevido a mencionárselo, menos aún, a proponérselo. Pero todo esto cambió a raíz de la salida a la luz de dicho relato de manera que comenzamos primero, durante nuestras relaciones sexuales, a contarnos con detalle nuestros encuentros previos con otros hombres o mujeres en mi caso, y descubrimos, más yo que ella, que esto me excitaba muchísimo.
Finalmente yo le propuse que porqué no buscaba a un antiguo amigo con quien años atrás había mantenido un a relación meramente sexual y que a ella había satisfecho mucho.
Desgraciadamente dicho amigo había partido de nuestro país a otro y era imposible contactarlo. Fue entonces cuando me confesó que, unos años atrás, cuando pasaba su etapa de mujer sola y divorciada, había conocido a un hombre con quien años atrás había trabajado y con quien estableció una relación que terminó en la intimidad y la cual duró algunos meses.
Que dada mi insistencia en el tema, le llamaría y lo vería ya que si iba a hacer el amor con otro hombre que no fuera yo, este debería gustarle y excitarle con lo que estuve completamente de acuerdo. Decidimos que lo mejor para convencerlo a el, se llama Gabriel, de participar en un trío sería que Araceli lo contactara por su parte y hablara con el.
He de confesar que todos los preparativos comenzaban a excitarme muchísimo. Mi esposa le llamó una tarde a su oficina y él se mostró hasta cierto punto sorprendido dado que habían pasado algunos años desde la última ocasión que habían hablado o estado juntos. Araceli le contó lo que en su vida había acontecido y le dijo que se había vuelto a casar y que estaba muy contenta en su nuevo matrimonio pero que deseaba mucho verlo dado que recordaba muchísimo los momentos a solas en la intimidad con él.
Es obvio que Gabriel hubiera pensado que esto no fuese del todo cierto ya que Araceli deseaba estar con él de nuevo y no con su esposo. Quedaron en verse la tarde de un jueves en cierto hotel de la ciudad de México. Ese día, conforme se acercaba la hora, yo comencé a sentir un estado de excitación que únicamente había tenido con mi propia esposa y alguna vez en el pasado antes de algún encuentro sexual con alguna mujer que me entusiasmaba y gustaba mucho.
De hecho, la noche anterior, personalmente escogí la ropa que mi esposa se iba a poner, sus medias y por supuesto un pequeñísimo panty azul claro transparente. No traería brassiere sino una apretada blusa, de esas que se pegan al cuerpo y permiten adivinar los pezones de la mujer que la trae puesta. Por fuera un traje sastre de mini falda color azul y saco igual.
Alrededor de las 5 de la tarde de ese día ella me llamó para decirme que estaba saliendo de su oficina en su automóvil rumbo a su cita. Yo comencé a sentir esa sensación previamente mencionada de excitación extrema.
Todo lo que a continuación relataré me lo relató mi esposa personalmente esa misma noche mientras hacíamos el amor de manera apasionada:
Iba ella rumbo al hotel cuando sonó su celular. Era Gabriel quien le mencionó que ya estaba instalado en el hotel y que la habitación era la 307. Araceli entró directamente al estacionamiento localizado en el sótano y subió por un elevador directamente al tercer piso y al llegar a la puerta de la habitación escuchó que dentro Gabriel hablaba por teléfono por lo que tardó algo en abrirle. Al entrar ella a la habitación, Gabriel, quien vestía traje oscuro la abrazó y
la besó efusivamente en la boca.
Después de un largo beso se acostaron en la cama y Gabriel le preguntó a Araceli de la manera como acostumbraba dirigirse a ella: "Bonita": ¿Quieres tomar algo? Ella, aceptó tomar un tequila y pensó que ese tequila la ayudaría a relajarse y a desinhibirse más.
Mientras estos llegaban, acostados y vestidos sobre el largo de la cama hablaron de todo lo que durante esos dos años y medio había acontecido. Llegaron los tequilas y los pusieron en una mesita entre ellos sobre la cama, bebieron y siguieron platicando, Araceli le dijo a Gabriel que definitivamente no era la misma que la que el había conocido años atrás, que estaba muy cambiada y se lo iba a demostrar.
Le platicó largamente acerca de su esposo, o sea de mi, de todo lo bien que funcionaban las cosas, de cómo se amaban y de la gran unión sexual que entre ellos tenían. De hecho, le dijo Araceli, mi esposo sabe que en este momento estoy aquí contigo. Gabriel se mostró sorprendido pero no dijo nada. En ese momento, su teléfono celular volvió a sonar, momento que Araceli aprovechó para pasar al baño y desvestirse.
Cuando salió del baño, únicamente traía puesta su mini tanga azul clara. Vio que Gabriel había dejado de hablar y también había aprovechado para desvestirse y solamente había mantenido su trusa puesta. Al acercarse , él la tomó frente al espejo por detrás, la abrazó y comenzó a besarle el cuello, algo que a ella le excitaba enormemente al mismo tiempo que le acariciaba con la mano izquierda sus pezones apretándoselos con suavidad, mientras que con la mano derecha le empezó a tocar y frotar el clítoris, emitiendo ella un suspiro de placer.
Mientras él le hacía esto, ella, sin dejar su posición, le comenzó a bajar sus calzones a él. Hecho esto se volteó y él la colocó sobre la cama y le dijo que deseaba besarle su clítoris a lo que ella respondió que no, que primero ella lo besaría a él. Dicho esto, lo acostó sobre la cama y colocándose entre sus piernas introdujo su pene en su boca y comenzó a besarlo primero lentamente y después con rapidez introduciéndolo todo en su boca para posteriormente y con la lengua lamerle el glande provocando que Gabriel emitiera gemidos de placer.
Un rato después, Araceli estaba demasiado caliente y procedió a montarse sobre Gabriel e introdujo su pene en su vagina y procedió a cabalgarlo introduciendo su miembro por completo en su vagina. Al mismo tiempo se veían fijamente a los ojos y Gabriel le dijo: "Bonita", cada vez estás más guapa, me encantas, me gusta muchísimo hacerte el amor. Araceli le respondió con un suspiro y le dijo: Me encantas, siempre me gustaste y me encanta como me lo introduces. Tienes un pene maravilloso.
Gabriel la volteó quedando sobre ella mientras Araceli abría mucho sus muslos y el comenzó un movimiento frenético mientras empapado en sudor jadeaba sin cesar. Finalmente le anunció que se iba a venir y procedió a eyacular en lo profundo de su vagina una gran cantidad de semen.
Esa noche, mi mujer legó a casa y me relató a detalle lo que acabo de transcribir. Como se imaginarán, hicimos el amor delicioso y mi deseo es que esto vuelva a suceder pronto de manera que nos excitemos aún más.
Autor: Fun lom monalisa_machefo (arroba) yahoo.com
Ese es mi mayor fantasía, pero mi esposa definitivamente asegura que yo le soy suficiente y que no por qué es pecado, ya estoy cansado de esta situación de que ella no quiera, el otro año tendremos 9 años de estar casado y le dije que de diez aniversario me regale unos cachos pero la muy cabrona mejor llora y se reusa
Saludos
Estimado amigo, yo te felicito por haber logrado hacer realidad tu fantasía. Por favor sigue deleitándonos con tus relatos. No sabes como te envidio, pues yo tengo esa misma fantasía y no he logrado convencer a mi esposa a que lo haga, pues a ella le da miedo de lo que pueda venir como consecuencia de ello.
Yo le he prometido que pase lo que pase yo la apoyare 100% y que en lo posterior me permitan estar presente para disfrutar en vivo de esas maravillosas escenas