En mi último relato los puse al tanto de lo acaecido en el inolvidable encuentro que mantuvimos Úrsula y yo con sus 6 amigos. Eso sucedió, hace como un año, en mis segundas vacaciones en Florianópolis. Hace unos días volví de mi tercera incursión por dicha ciudad. De ahora en adelante me voy a dedicar a contarles las principales experiencias vividas en mi país durante el 2004 luego del regreso de Florianópolis el año pasado.- Estoy un poco atrasada en el tiempo pero eso se debe a mis ocupaciones que no son las que ustedes, están pensando. También estudio, trabajo en la oficina de mi papi o en casa, hago deportes en el club, escucho música y salgo con otros amigos y amigas, pero a divertirme sanamente.
No voy a negarles que los amigos de Úrsula son fabulosos por varios motivos. Las personas que hayan leído mis relatos anteriores y que conocen mis gustos sabrán a ciencia cierta a que motivos me estoy refiriendo. Me fui muy triste al tener que alejarme de mi adorada Úrsula, pero me consolaba el hecho de estar segura de que ella me seguía queriendo de la misma manera como la quiero yo. Me había dado y me sigue dando pruebas suficientes de ello. La pasé de maravillas aquellas tres semanas disfrutando de Ursula y de su gente amiga incluyendo a Almita. Pero extrañaba mi casa, el trabajo con mi papi, el club deportivo al que concurro, los compañeros y compañeras de la facu y en especial a mis amigos íntimosRaúl, Mario, Richard y Néstor y por supuesto a Laurita.-
Volví a mis pagosmuy cansada, pero como deben suponer con imborrables recuerdos de los deliciosos momentos vividos.- Llamé a Lydia y Fernanda (son pareja viven juntas desde hace algún tiempo) para informarles de mi regreso y a las pocas horas me llamaron Raúl y Mario para saber de mí. Hablé largamente con ellos, pero les manifesté que por el momento no podía verlos por dos motivos: el primero y principal era porque estaba en esos días y el segundo era que mi viaje a Floripa me había atrasado un poco en los estudios y quise recuperar el tiempo que no pude dedicarme a ellos.- Llegamos a casa un lunes de mañana. Bueno, transcurrió esa semana y el jueves de la siguiente semana otra vez me llamó Raúl para saber cómo andaba.-
La situación después de transcurridos algunos días había cambiado. Me había puesto bastante al día con los estudios, estaba má mis papis se van para el interior y vienen el domingo de noche.
-Bueno, voy a contar minuto a minuto el tiempo que falta para verte otra vez. ¿Me vas a contar todas las cosas que hicieron vos y Úrsula allá en Brasil? -Te cuento todo siempre y cuando no te pongas celoso-le respondí riéndome.
-Me imagino que voy a tener motivos ¿no? -Y… ¡qué te parece!- y me reí.
-Vos sabés que no soy celoso, al contrario, me gustaría haber podido ver las cosas que hicieron vos y Úrsula. Si me contás todo estoy seguro que me vas a dejar muy caliente, ¡ja! ¡ja! ¡ja! – No te quepa la menor duda, ja… ja… ja& ¡ah! Ponete al habla con Mario, me encantaría que vinieran los dos.
-¡Qué bueno! Se ve que seguís siendo la Gabrielita de siempre.- -¿Y cómo es la Gabrielita de siempre, según vos? -Preciosa, alegre, re simpática y una hembrita fabulosa, divina, ja, ja, ja.
A la media hora después de haber colgado el tubo me llamó Mario, para saludarme y confirmar su venida a mi casa en compañía de Raúl.-
Bueno, Uds. saben como es la relación con mis papis. No hay secretos entre nosotros y les comenté, obviamente, lo que había arreglado con mis amigos.- Como aún no había regresado de sus vacaciones no contaba con Laurita como compinche de diversiones, pero además, la idea de estar en mi dormitorio solita toda una noche con dos buenos amigos, buenas personas y tremendamente dotados y vigorosos me atraía enormemente.- Para los que aún no leyeron mis relatos anteriores les comentaré algo de ellos.- Raúl es un negro, bastante veterano al que conocí hace tres años, cuando yo tenía 17 y no hacía un mes
que mis papis adoptivos me habían iniciado en varios de los placeres del sexo, placeres que sin tener experiencias en ellos me atraían enormemente desde que comencé a sentir cosas raras en el cuerpo, a tener conciencia de cómo me miraban los hombres e incluso algunas mujeres. También en mi dormitorio veía videos porno que me hacían enloquecer de ganas y lograba adormecer mis instintos luego de un par de masturbaciones mirándome desnuda en un espejo que ponía al lado de la cama.- Conocí a Raúl y a dos amigos suyos, también negros cuando intervine por primera vez en una orgía en compañía de mis papis adoptivos. A partir de ahí me convertí en una chica bastante depravadita. Raúl es un negro de cuarenta y pico de años, bastante gordo, feo de cara, con labios gruesos y nariz chata, parece un gorila, pero tiene algo, no sé si su simpatía o su manera de tratarme o el hecho de que sé que soy la única mujer con la que tiene relaciones íntimas, porque me dice que con su mujer ya no tiene relaciones de ese tipo. También y para mi es muy importante el hecho de que entre las piernas tiene un garrote que cuando se pone duro mide 26 cms.; lo digo con propiedad porque una vez se lo medí sólo para satisfacer mi curiosidad. Además es de un grosor tal que tengo que abrir la boca al máximo para que su glande me pueda entrar en ella. Por un lado es fabuloso que sea bien grueso cuando me lo mete en mis agujeritos, pero es una lástima que siendo tan gruesa y tan larga no me la pueda tragar toda entera como lo hago con la de mi papi o la del Dr. Guillermo que cuando acaban me depositan toda la leche en el esófago, como si me estuvieran cogiendo por adelante o por el culito.-
Respecto a Mario, lo había conocido hacía poco más de un año. En aquel momento era el primer amante de Laurita. Cuando vino Úrsula a visitarme nos lo presentaron mis amigos para que conociéramos la verga fuera de serie que tenía, mejor dicho que tiene. No es negro del t las vergas más colosales que tuve el placer de disfrutar hasta ahora. Con decirles que es un poco más larga y más gruesa que la de Raúl está todo dicho. No es para cualquiera. Para poder aguantarlo una tiene que ser muy aguerrida, muy calentona y, por supuesto, tomar ciertas precauciones. Hecha la presentación de los dos caballeros que me iban a visitar voy a describirme un poco para los que no leyeron mis relatos anteriores.- Tengo 20 años, soy de piel blanca, aproximadamente de 1,70 de altura, actualmente estoy un poquito rellenita de carnes, peso 57 Kg., dicen que estoy buenísima, mi cabello natural es ondulado, de color castaño, con reflejos cobrizos, a pesar de mi edad todos dicen que aparento 16 años porque tengo cara de nena ingenua, que no lo soy, pero la cara no se me cambia a pesar de que desde hace tres años disfruto de buen sexo con unos hombres ¡que Dios me libre! Esto último es sólo un decir porque no quiero librarme de ellos de ninguna manera. Mis amigos dicen que tengo un hermoso culito, con glúteos redonditos y duritos y un lindo par de piernas, cosa que el espejo parece darles la razón. También dicen que tengo unas lindas tetas aunque a mi me parece que son algo chicuelonas, pero en compensación mis pezones son bastante grandes y para mi placer súper sensibles a todo tipo de caricias.-
Y llegó el viernes.- Mis padres ya se habían ido hacía bastante rato, eran ya las 20 horas y estaba sola con la mente rebozando de lúbricos pensamientos que me ponían cada vez más cachonda, como dicen las españolas. Me hice un prolijo enema para dejar mi barriguita bien limpita por dentro, enjaboné mi cuerpo con un delicioso jabón de tocador que había traído de Brasil, me sequé bien, me puse una tanga diminuta, bordada, transparente de color rosado, unas medias de nylon claritas con ligas auto sostén anchas muy sexy y un par de zapatos de taco alto. Se me ocurrió cambiar de look para sorprender a mis visitantes de la noche para lo cual me puse una peluca que me había regalado Úrsula. Es de un cabello largo, enrulado rubio casi platinado, me maquillé muy sexy, lápiz de labios de un color rosa pálido, puse sombras celestitas en los párpados y los delineé, lo que me dio un aspecto gatuno ( digamos…de cabaretera), me alargué las pestañas con rimel. Me paré frente al espejo y me observé. Lucía muy diferente, sobre todo por la peluca. Lucía como una putita, pero muy joven, a pesar de mi maquillaje, no
pude ocultar mi cara de bebota. No sabía a ciencia cierta como esperarlos, si ponerme un poco más de ropa encima o abrirles la puerta así como estaba casi en pelotas e ir derecho al grano, mejor dicho a la cama. Triunfó mi espíritu exhibicionista, calienta machos. Por otra parte me encantan los preámbulos a toda sección de sexo hasta llegar a un grado de excitación tal que me haga perder todo tipo de escrúpulos y que me permita satisfacer mis apetencias sin ninguna clase de pudor. Por lo tanto me puse una pollerita suelta, de color verde claro bien cortita que me permitía lucir las piernas y un topo negro, bien ajustado, con un amplio escote que mostraba buena parte de mis tetitas y chiquito para que se me viera la barriga y el nacimiento de las caderas.-
Me tomé unos buenos tragos de licor de coco para ponerme en vena aunque en realidad no los necesitaba mucho, si vamos al caso, pero con una buena dosis de alcohol mi temperamento lujurioso, tirando a depravadito o depravado del todo se pone de manifiesto inmediatamente sin ninguna clase de pudores o escrúpulos.- Mis amigos fueron puntuales. Las campanadas del reloj de péndulo resonaban en el living cuando sonó el timbre.- Les había dicho que ib último rincón del cuerpo me paré frente a ellos, puse mis manos en las caderas.
-¿Desean tomar algo los caballeros? -¿Les gusta lo que ven?-les pregunté al ver que no decían nada, posiblemente un poco asombrados por mi aspecto.
-¡Estás divina con ese aspecto de puta! ¡Para partirte al medio!- dijo Mario manoseándose el bulto que se le había formado en la bragueta.
-No precisás ponerte así, estés como estés, ¡siempre estás fabulosa!-dijo Raúl cariñoso, tierno como siempre.-
Fui hasta el refrigerador y les serví un poco de whisky en dos vasos.- Me senté entre los dos, poniendo mis brazos sobre sus hombros.
-¿Vos no tomás nada?- preguntó Raúl.
-Tomo en el vaso de Uds.- respondí.
-¿Cómo están mis machos preferidos?-dije ofreciéndoles mis labios, primero a Raúl y luego a Mario. Sus chupones demostraron el hambre que me tenían y aumentaron mi apetito. Tanto es así que llevé mis manos a sus bultos. Estaban erectos al máximo. La sensación de grosor que experimenté al apretarlos me hizo estremecer.
-¡Wuaoo, ya están prontos!-exclamé.
-Estamos prontos desde que nos avisaron que habías vuelto.- dijo Mario.
-¿Cómo te fue?-preguntó Raúl.-Aunque en compañía de Úrsula me imagino que te fue de maravillas.-me dijo acercando su vaso a mis labios.
-¡Me fue muy bien!-respondí poniendo cara de pícara luego de beber un sorbo.- Conociéndome como me conocen sabían que eso que dije era lo mismo que decir que había cogido a destajo.-¿Cogiste mucho?-preguntó Mario.
-Les cuento algo si no se ponen celosos.
-Vos sabés, que no somos celosos, lo importante es que te haya ido bien y que sigas siendo siempre la misma con nosotros, dijo Raúl. Por ese modo de expresarse es que siento un afecto especial por él, entre otras cosas.-
Bueno, les conté con lujo de detalles algunas cositasque había hecho con Úrsula, con sus amigos, con Almita elogiando lo bueno que eran todos ellos en la cama haciendo hincapié en lo bien dotados que eran todos, sobre todo Marcos y Oscar.- Mientras hablaba les manoseaba los bultos por encima del pantalón y ellos me besaban y lamían el cuello, me decían cosas como ¡qué puta que sos! ¿Tragaste mucha leche? ¡Cómo te habrá quedado el culito!, etc, etc.
-Pero miren que Uds. con estas cosas- les decía sacudiendo sus vergas- no tienen nada que envidiar a ninguno de ellos.- ¡Sáquenlas para afuera que las quiero ver!Ambos bajaron el cierre de sus braguetas y se desabrocharon el primer botón. Sus pijas emergieron de las aberturas como gordas y negras anguilas. Apreté ansiosamente las vergas que esa noche me iba a chupar y que luego me iban a meter por todos lados.
Me empezaron a lamer y besar las partes del cuerpo que mi top no podía cubrir.- Separé las piernas, mis muslos estaban totalmente expuestos desde el momento que me senté entre ellos.- Alternándose metían sus manos entre mis piernas alcanzando a rozar con sus dedos los labios genitales de mi cajetita a través de la fina tela de la tanga ya húmeda por efecto de mis jugos que comenzaron a fluir a medida que aumentaba mi excitación.
Me puse de pie y parada delante de ellos contoneándome len
tamente dejé caer la pollera al suelo y me saqué el top quedando mis tetitas a la vista dado que no uso sostén.- Ellos también se pusieron de pie, uno a mi frente y otro detrás apretando sus cuerpos contra el mío haciéndome sentir sus bultos endurecidos uno en la barriga y el otro en la espalda.
-¡Llévenme para la cama!-dijeMario me alzó con sus fuertes bra colosales garrotes que parecían estar impacientes en un excitante balanceo.- Mario se ubicó de pie a mi costado y Raúl lo hizo detrás apretando su verga contra mi espalda. Es un negro muy gordo y alto haciendo juego con su larga y gruesa pija- Sentí su cálido aliento en el cuello. Los tres nos mirábamos en el espejo.
-¡Tienen muchas ganas de cogerme! ¿No es cierto?-les pregunté ansiosa y recaliente.
-¡Sí, Gabrielita, y vos de que te cojamos! ¿Verdad? Te vamos a pasar cogiendo toda la noche, como a vos te gusta. ¿Te atrae la idea? -Sí, me gusta, no comí nada para tener la barriguita bien limpia- les dije con voz de nenita mimosa.
-¿Te limpiaste la barriguita? ¿Querés que te demos por el culito, entonces? -dijo Raúl.
-¡Si, por todos lados, pero antes quiero tragar mucha leche porque tengo un poco de hambre y ¡también quiero que antes me chupen toda!- decía esto con el tonito de nenita mimosa que pide un caramelo. Sé que a los hombres maduros les encantan las nenitas putitas, pero con caras de inocentes. Y en ese momento la imagen de Almita se hizo presente en mi mente. Me acosté en la cama al lado del espejo que estaba al costado de la cama apoyado en la gruesa alfombra. Debo de reconocer que así como estaba, sólo con las medias y el portaligas, con la conchita al aire y con cara de putoncita bien caliente ofrecía un espectáculo que, modestia aparte, le hubiera hecho parar la pija a un muerto.- Estaba tirada hacia atrás, con los pies apoyados en el suelo, la espalda en la cama y con la conchita al aire, contoneándome, acariciándome y mirándolos provocativamente.- Raúl se arrodilló en el suelo, se abrazó a mis muslos y comenzó a besarme y a chuparme los labios genitales, a titilar su lengua en toda la raja, en mi ano, haciéndome dar un brinco cuando su lengua entró en contacto con mi clítoris. Me metió lentamente un dedo en el ano, luego otro y después un tercero a efectos de hacerme gozar por un lado y por otro lado irlo preparando para proceder a sodomizarme apenas, llegado el momento, yo se lo permitiera.- Mario a su vez vino por detrás de mi cabeza, por el lado de mi derecha, lo que me iba a permitir mirarme la cara y todo el resto del cuerpo en el espejo cuando le fuera a chupar la pija. Vi el enorme trinquete de Mario sobre mi cara y flexioné mi cuello hacia atrás abriendo la boca todo lo que pude para poder engullirme su glande color vino, empapado por el jugo que expelía por el orificio de micción. Aferré su pija con una mano y comencé a lamérsela, a chupar su enorme cabezota mientras él dejaba caer saliva sobre mis tetas. Mientras chupaba y era chupaba las dos manos de Mario y una de Raúl ya que la otra la tenía ocupada con mi ano, exploraban todos los rincones de mi cuerpo. Me contoneaba enloquecida de placer viendo mi cuerpo blanco contrastando con el negro de Raúl y el marrón habano de Mario en el espejo como si fuera otro grupo de tres personas más en la misma habitación.-
Pero hay una ubicación de los cuerpos para practicar el sexo oral cuando estoy con dos hombres que es mi preferida.- Me saqué la pija de Mario de la boca.
-Quiero cambiar-exclamé ya entregada de lleno a gozar del sexo- ¡Acuéstense de costado y chúpenme los dos a la vez!Ya lo habíamos hecho antes, muchas veces y se ubicaron enseguida de costado, uno frente al otro dejando un lugar entre sus dos cuerpos para que yo me acostara entre ambos. Lo hice, apoyé la cara en el muslo de Mario, me abracé a ambos muslos y pronto con la lengua y los labios hice que sus quejidos resonaran en la habitación. Vengo chupando pijas desde hace tres años y sé que lo hago muy bien, podría decirse que soy una experta desde la posición en que estaba el culo de alguna chica de color porque no tiene ningún vello. Pero sus bolas y su pija en mi boca decían lo contrario. Me vinieron ganas de chupárselo, pero la posición no me lo permitía y su pija….estaba sabrosísima y me sentía puta…puta…¡¡¡bien puta!!! ¡¡Qué bien me sentía y cómo gozaba!!
No le metí la lengua en el culo, pero si le met&iacut
e; uno de los dedos. El negro comenzó a gritar de placer debido al trabajo de mi boca y de mi lengua ahora unido al de mi dedo en el culo. Me di cuenta que iba a acabar y recrudecí en mi intento para que lo hiciera. Estaba desesperada por unos buenos chorros de leche. Con la mano descabecé totalmente el glande empujando el prepucio hacia atrás pasándole la yema de mi dedo empapado de saliva por el frenillo. El negro casi lloraba de placer. Abrí la boca. Dos potentes chorros de semen cruzaron mi cara, acerqué la boca abierta a su glande y esta se me llenó de abundante, espeso y delicioso semen. En esos momentos con la cara embadurnada de leche, tragándomela casi toda, sintiendo mi concha succionada hábilmente y al borde del orgasmo, es cuando me siento la mujer más puta, más depravada y dichosa del mundo. Primero disfruto del placer psicológico de sentirme bien hembra haciendo gozar hasta el delirio a dos machos y luego el placer físico de un intensísimo orgasmo que hace que los músculos de una se agarroten y tus esfínteres palpiten como cosas independientes de tu cuerpo y que hacen que estés a punto de desmayarte de placer.
Gocé de un orgasmo fabuloso. Cuando me di vuelta nuevamente para prenderme desesperada a la pijota de Mario mientras que él simultáneamente con mi orgasmo también me llenaba la boca con su espeso, tibio y delicioso licor que yo tragaba como una ternerita mamona.- En la seguridad e intimidad de mi cuarto de soltera encerrada con dos machos fabulosos con sus enormes pijas sólo para mi, apartada del mundo exterior, con mucho tiempo por delante, y satisfechas las demandas fisiológicas más urgentes a partir de ese momento, estaba dispuesta a extraer de mi cajetita, de mi culito y de todo mi cuerpo el máximo placer dejando satisfechos de esa manera todos los apetitos indecentes frutos de nuestras mentes pervertidas, sobretodo de la mía.-Sigo a la brevedad.-
Autor: Gabriela prettygaby ( arroba ) hotmail.com