Milfs, Sexo con Maduras, Infidelidad, Barcelona. Una tarde pude ver cumplido el deseo que llevaba dentro de acariciar y sentir el sexo de mi suegra.
Hola, he pensado mucho antes de escribir esta historia, pero el contenido erótico del mismo y el hecho de cumplirse ha sido uno de los momentos mas excitantes en mi amplia experiencia sexual.
Me llamo Sebastián de 55 años y vivo en Barcelona. Soy una persona que cuido mi imagen y mi físico. Me gusta que las mujeres me miren. Me halaga. Es excitante y mas yo que soy una persona muy activa sexualmente donde el morbo y el erotismo forman parte de mis juegos.
Esta historia sucedió hace 5 años. Mis suegros vienen con una cierta periodicidad al chalet que tenemos mi mujer y yo. Siempre ha habido una buena relación personal entre mis suegra y yo. He sido su yerno preferido. A pesar de su edad, tenía en ese momento 74 años, tiene un cuerpo muy sensual.
Gruesa pero sin ser gorda. Unas tetas grandes y tersas, un trasero fantástico y unas piernas que me encantan y me excitan. Toda ella, es sexo, ya que la dureza de sus carnes no demuestran la edad. Me tenía obsesionado, desde hacía tiempo aunque jamás me había insinuado.
Algunas tardes, de verano después de comer acostumbra a descansar en el sofá, de una sala donde no suele pasar nadie. Sólo lleva una bata puesta, dejando ciertas aberturas donde puede intuirse un cuerpo sensual y apetitoso. Lleva unas bragas, normalmente de color blanco. Una tarde, al entrar a buscar unos papeles me quedé impresionado de la visión. La bata le llegaba por encima de la cintura y se le veían las bragas, que cubrían unos muslos de campeonato. Unas piernas duras, gruesas y blancas. Posé mi vista en sus entrepiernas observando este espectáculo que me estaba excitando por lo erótico de la situación. Pero además noté que estaba ¡¡algo mojado!! como si hubiera tenido un sueño erótico. Ante esa imagen mi polla creció de una forma descomunal – tengo 19cm – y me cuesta disimularlos con bañador. La estuve observando bastante rato y me dio la sensación que me había visto porque noté una leve sonrisa en sus labios, o fue la imaginación del momento.
Me quedé sentado en otro sofá leyendo unos papeles y esperando que se despertara a ver como reaccionaba. Al cabo del rato despertó, me saludó de una forma especial y se levantó despacio… pero lo mejor estaba por venir.
Mientras caminaba observaba su trasero y mi mente me decía que tenía que ser mía y meter mi polla hasta dentro de su coñito y hacerla correr varias veces.
Se acercó a su habitación que estaba justo enfrente donde estaba sentado, abrió la puerta y sin cerrarla se quitó la bata, y buff lo que ví me excitó tanto que empecé a masturbarme…. No podía más. Se estaba desnudando. Se quitó los sostenes y las bragas como si nada y ¡¡¡delante de mí!!! No sabía que pensar pero no di el paso porque no sabía como podía reaccionar. Se cambió de ropa interior y volvió a ponerse la bata, dejando los botones de abajo sin abotonar hasta la entrepierna. Me sonrió al salir, me dijo dos cosas y… claro miró mi entrepierna que no sabía como hacerlo para que no se viera mi abultada polla. Esa noche hice el amor con mi mujer dos veces pensando que era ella que la tenía cerca de mi habitación para ver si escuchaba los gritos de placer de su hija.
El verano era largo, pensé y ya habría otro momento. Debía buscar la ocasión.
A partir de ese día, buscaba ocasiones para estar cerca de ella con cualquier excusa y tocarla, intentando que notara mis brazos, mi cuerpo y un ligero roce de mi polla. Por la mañana, aprovechaba para darle un beso en la cocina de forma cariñosa y decirle. ¿Qué me haces de desayuno? Es muy cordial y al hacer eso no podría pensar nada. Pero mi excitación iba en aumento… la escena de cambiarse se volvió a repetir en otras ocasiones e incluso se cambió de bragas delante mío mientras leía unos papeles, aunque eso sí siempre se ponía de espaldas como si tuviera algún tipo recato verme de frente.
Sin embargo, ese momento llegó. En el chalet tenemos una piscina y ambos no somos nada dormilones, por lo que aprovechábamos alguna tarde para bañarnos, aunque hasta ese momento lo hacíamos cada uno por separado. Esperé que ella se cambiara y al salir le pregunté si quería que me bañara con ella para que no le sucediera nada -ya que apenas sabe nadar-. Me dijo ¡¡si claro¡¡. Y ummm¡¡ mi mente ya empezó a pasarme malas jugarretas porque mi polla se puso durísima, y sólo lo disimulaba con la toalla.
Nos metimos en la piscina y nos pusimos a nadar. El sol, la comida, el agua, el silencio ya que todos estaban durmiendo, mi mente… todo eso llenó me cabeza de un deseo incontrolable, que ya no pude aguantar mas y en un momento determinado la cogí por la espalda para jugar con ella besándola en el cuello, diciéndole ¡¡como estás suegrita¡¡ ven que te ayudo¡¡. Frases con el único deseo de tenerla en mis brazos… ya sin controlar el estado de mi polla, no me importaba, la necesitaba. Yo la aguantaba para que nadara y claro a ratos la dejaba descansar. En ese momento, aprovechaba para que su cuerpo juntara con el mío y sintiera todo su culo encima de mi polla… en un momento ya no se cual porque la situación era de máxima excitación, la cogí con fuerza por la cintura y la acerqué poniendo mis manos en su entrepierna, noté un leve quejido, con un pequeño movimiento de apartarse pero no fue así, se apretó más a mi cuerpo y sus manos bajo el agua empezaron a acariciar mi polla. Poco a poco fui introduciendo mis dedos dentro de su coñito. Era suave, con unos labios gruesos y dulce, especial, distinto. Quería excitarla mucho antes de hacerla mía, que disfrutara plenamente. Al cabo de un rato la llevé hacia una esquina de la piscina para que no nos viera nadie si salían y empecé a besarla.
Me sumergí y dentro del agua le aparté el bañador para meterle mi lengua, sólo fue unos segundos pero increíbles… después una vez de pié, apartando el bañador, introduje mi polla dentro de su sexo y noté como se retorcía de placer, parecía que hacía tiempo que no tenía sexo. Mi polla jugaba dentro de ella observando su cara de placer… tenía los ojos cerrados y apretaba mis nalgas, yo quería que disfrutara mucho, como nunca, le ponía un dedito dentro del coño para excitarla aún mas… empezó a alterar su respiración…Estaba a punto de correrse… murmuró algunas palabras que me excitaron más : -Méteme ese duro y gordo rabo dentro.
-Hazme disfrutar cielo… como lo deseaba es fantástico… -Sus rápidos movimientos alertaban de un rápido y fantástico desenlace…. Buff que gozada, yo debía aguantar para que llenara de leche mi polla, y así sucedió al cabo de unos diez minutos, su orgasmos fue descomunal…. Me arañó la espalda de la intensidad de sus orgasmos… tuvo dos. Tuve que sujetarla porque le faltaron las fuerzas para aguantarse de pié… pasaron unos minutos de relax cuando abrió los ojos… yo todavía tenía la polla dura dentro de su coñito y al mirarme me dijo-ahora cielo, ahora tú dame tu lechecita…córrete cielo- y con estas palabras la explosión de mi polla fue instantánea llenándola de leche y cogiéndome a sus grandes pechos para no caerme.
No ha habido otra ocasión, quizás por temor o no sé, pero sigue habiendo situaciones pícaras, intercambio de sonrisas, algún pellizco en el culo… besitos… no sé algo que le da un toque erótico.
Si les ha gustado mi relato, hacer algún comentario o si alguna mujer mayor que yo quiere vivir una experiencia similar enviarme un mensaje a mi correo.