Por casualidad he comenzado a leer algunos relatos de sexo, en el Internet. He pensado por varias veces si podría escribir algo de mis experiencias. Después de varias dudas aquí estoy frente al ordenador para contarles algo de mi vida, que lo he tenido muy guardado.
En algunas de las historias escriben las personas "espero que les guste mi relato". Me anticipo en decir que no escribo para que les guste o les disguste. Simplemente escribo como una forma de desahogarme de lo que está dentro de mi. Todas necesitamos una válvula de escape a los sentimientos encontrados. Pienso que aquellas que escriben para que les guste o escriben fantasías o desfiguran las realidades con el fin de agradar a otros u otras. Pero si eso les hace felices está bien, lo respeto. Ahora allí va lo que va.
Primero, les cuento que soy una estudiante. Creo que tengo un buen cuerpo, envidia de algunas de mis compañeras. No me creo linda, pero si bien atractiva. Mi nombre es Marlene. Vivo en un pueblo de costumbres muy conservadoras. Los tabúes son muchos y los referentes al sexo, muy fuertes y a veces con mezclas de mitos y leyendas. Sin embargo en la práctica es muy diferente, con todo tipo aberraciones e infidelidades. Hay unos poquitos estudiantes gay. Se dice que el enfermero del pueblo es uno de los instigadores. Muchacho bien dotado que llega al dispensario, pasa directo a la camilla y luego a su cama.
Vengo de un hogar muy conservador en ciertas costumbres. Debo contarles que actualmente vivo con mi abuelita. Esto tiene su historia. Mi abuela tuvo a mi madre cuando tenía 16 años, luego dos hijos que viven ausentes del lugar. Mi madre se casó a los 16 y me tuvo cuando tenía los 17 años. Fuimos un hogar feliz hasta que murió mi padre con un infarto, por lo que no sufrió mucho tiempo. Tenía 11 años. Hicimos buena amistad con mi madre. Cuando nena me gustaba que mi madre me bañara. Era muy linda y cariñosa. Como me gustaba cuando pasaba la esponja por mí entre piernas y tocaba mi vagina. Después del baño le pagaba con unos lindos besos en la boca, ella me devolvía con caricias. Por los doce años, comenzó a salirme pelos por el monte Venus. Y me daba recelo de mamá, aunque se reía de mis ingenuidades, hasta que un día nos bañamos las dos desnudas. Qué cuerpo más lindo el de mi madre. Unas tetas hermosas con unos pezones grandes. Algo que me impresionó era el abundante pelo que cubría su vagina. Ella era blanca con ese fondo y vértice negro era una maravilla. Solo que esto pasó dos solo dos veces. Fue esa una gran atracción que los psicólogos dirían quedó en mi una fijación. Qué hermoso pasar la esponja. Una vez hice que se cayera la esponja para lavarle con mi mano. A mi madre le gustó, supongo porque no me dijo nada. La segunda vez lo hice más conscientemente, al final me pagó con unos lindos besos. No puedo distinguir si estuvo su vagina mojada por excitación o por el agua y el jabón. Cuando pienso me quedo intrigada.
Pasados unos años de muerte de mi padre decidió casarse con un tipo del pueblo. Tenía una finca, era simpático pero muy rudo, con poca elegancia en el trato. Pero creo que a mi madre le hacía feliz en la cama. Por supuesto por la relación que habíamos desarrollado con mi madre nacieron naturales celos, iras y todo lo que puede sentir una chica que pierde, a su padre, lo que más quería. Las relaciones con mi padrastro no fueron buenas aunque el trataba de agradarme a su manera. Fue el tiempo cuando más me acerqué a mi abuela, ella vivía 10 minutos de nuestra casa. Había veces que iba a dormir a su casa y pasaba fines de semana. Ella me quería mucho y me mimaba demasiado. Así las cosas, una tarde tuvimos una fuerte discusión con mi padrastro y no lo obedecí lo que me pedía y al darme la vuelta me dio una patada en el trasero que me hizo tambalear, gracias que había una mesa cerca que me agarré si no me iba al suelo. Yo comencé a llorar del dolor y del susto, por allí cerca ví una escoba con un buen palo, agarré y le dije
-desgraciado, maricón, pateando a una mujer, hoy te mato.!!
Viendo mi
decidida reacción, corrió a la calle y yo le seguí hasta la puerta. Vecinos que pasaron se asustaron y querían saber. A poco llegó mi abuela, que fueron a contarle que algo pasó en la casa. También llegó mi madre quien había salido de compras. Nos reunimos las tres y yo dije que me iba de la casa a donde sea. No me importaba nada. Entre lloros, mi abuela me invitó a vivir con ella, que de paso vivía sola, aunque no le faltaban admiradores estaba en sus 49 años. Yo acepté con gusto. Mi madre con dolor lo aceptó.
Había pasado unas semanas. Un día, estuvimos conversando de "mujer a mujer" Me preguntó que si tenia enamorados o novios. Le conté que había compañeros que me buscaban y me hacían proposiciones, me declaraban su amor, pero que yo le escuchaba sin gran interés porque sabían que eran unos farfullas. Le conté que por un tiempito tuve un muchacho a quien le quería y mantenía buenas relaciones sentimentales. Mi abuela me preguntó curiosa sobre que tipo de relaciones eran. Le conté que eran besos, que en algunas veces le gustaba acariciar mis senos, pero cuando bajaba sus manos hasta mi vagina allí se terminaba el juego. Me preguntó si yo me calentaba, le dije que sí y que algunas veces se mojaba mi calzoncito. Ella me dijo que eso era normal que a ella le pasaba lo mismo y que hasta ahora hay veces que en sueños le sucede la misma cosa y que amanece muy mojadita.
Bueno, me preguntó que más pasó con el joven, pero que le cuente sin mentiritas. Le conté que un día que nos besábamos con mucho frenesí metió mi mano por debajo de mi falda y que estaba avanzando muy rápido a la vagina y en es momento le retiré la mano. Entonces él tomó mi mano y me puso sobre su pene, yo le acaricié duro y él me hizo que le masajeara yo lo hice por sobre el pantalón y que a poco se retorcía el pobre y me pedía más y más, pero casi se cae al suelo. Le conté a la abuela que en otra ocasión él se abrió el pantalón y me hizo coger su pene y que me gustó acariciarle ese chorizo, me excitaba tremendamente ver como aparecía la cabecita de su capullo, luego me pidió que le acaricie los huevos, yo no estaba acostumbrada a esas palabras pero me gustaba. Luego intentó meterme el pene por debajo de la falda pero no le dejé pero que a cambio le masturbaría. Intentó que le bese la verga, le di un beso superficial pero no me gustó el olor, trató de que le chupe, pero yo me resistí y le masturbé con fuerza, y que le salió abundante leche con un olor que no me gustaba.
Le dije a la abuela que esa fue la última vez con el tipo. …… Con estas relatos confidenciales notaba que me ponía caliente y la abuela también. Ella me abrazó muy fuerte y me dijo, esos muchachos son pícaros y que me cuide porque solo les interesaba sexo.
Mientras hablábamos de estos temas afuera llovía fuerte y al caer la tarde se desató una tormenta con truenos y relámpagos que me daba miedo, terror. Le dije a la abuela que tenía miedo dormir sola con esos fuertes truenos. Ella me invitó a su cuarto, tenía una cama grande. Estaba muy agradecida, ya más serena comencé a quitarme la ropa y ponerme mis pijamas. La abuela se desnudó para ponerse un camisón de dormir, se quitó su calzonario porque decía que los resortes le oprimían el vientre. Qué espectáculo más lindo ver un hermoso par de tetas, más grandes que la de mi madre. Un abundante vello que cubría el monte de Venus y su vagina. Luego cuando se agachó tenía frente a mí un hermoso culo con unos pelos que le adornaban su esfínter. Yo no pude aguantarme y le dije: -Abuelita tienes un hermoso cuerpo y que pechos más lindos y un precioso bosque. Supongo que el abuelo habría sido muy feliz.
-Si fuimos muy felices. Él era muy cariñoso. Muy celoso porque tenía algunos pretendientes. Yo era un poco coqueta. Ay mis tiempos!!, -dio un suspiro lleno de recuerdos- y me dijo no voy recordar ahora. Algún día te cuento.
Nos metimos a la cama. Seguían los truenos y relámpagos. Parecía que el cielo se caía a pedazos. De miedo le dije: – Abuelita déjame que te abrace, si no te molesta.
– No, de ninguna manera. Me vas a ser feliz tenerte a mi lado- Me voy a ponerme de lado para que estemos más
cómodas. Puedes abrazarme como quiera que no me molesta. Además tienes una mano y unos dedos muy suaves que me agradan que estén bajo mis senos.
-Abuelita, me da miedo que te pueda coger de los senos y te moleste y me eches de la cama.
-Al contrario hijita, puedes abrazarme, lo que único que te digo es que no va a salir leche, para mi golosa- (ella sabe que me gusta la leche). Al mismo tiempo ella tomó una de mis manos y le puso en los senos.
-Abuelita, que lindo acariciar tus senos, mis manos son muy chiquitas. Qué hermosura.
La abuela ya no respondía solo su culo se apretaba a mi vientre. Se quedó quieta. Me dio la impresión que dormía. Pero pensé que fingía. Luego de un rato con mucho cariño le estaba masajeando sus tetas, mientras los truenos y relámpagos continuaban.. Llegó un momento que sentí como sus piernas se apretaban y una mano tenía sobre su vagina. Con mucho tino se retorcía. Seguro que estaba terminando, tuvo su orgasmo. Qué ganas tuve de yo acariciar su vagina, pero tuve recelo, respeto…? No sé. Yo ya no pude resistir y comencé a masturbarme, acariciando mi clítoris. Cuando llegué al clímax, perdí la vergüenza y presioné mi vagina contra el culo de la abuela y tuve un hermoso orgasmo. Luego Con mi mano apretaba fuertemente la vagina y tuve un segundo orgasmo- Creo que la abuela se dio cuenta, pues movía y el culo y se apretaba contra mi vagina. Yo me quedé profundamente dormida hasta el otro día.
La abuela ya se había levantado para preparar el desayuno. Luego el desayuno y a mis estudios. Allí busqué a mi mejor amiga para contarle lo sucedido. Ella se sorprendió y me recriminó, pues decía que mi abuela quería que seriamente le acaricie y que debiera complacerla- Lo que pasó luego es muy interesante y marcó mucho en mi vida Creo que ya escribí bastante, quedan muchas más cosas para contar. Espero, pronto mandar un segundo capítulo.
Espero sus reacciones. Solo háganlo con mucha sinceridad y franqueza. Pueden escribirme
Autor: Marlene marlenemiravalles (arroba) yahoo.com.ar