Después de estar viendo la TV mi madre me dijo que ya era todo un hombre, gracias a eso estoy junto a ella durmiendo
Esa tarde estaba en mi habitación como suelo hacerlo luego de volver de la uni. Había calentado lo que mi madre me había dejado en el horno para el almuerzo y estaba medio adormilado sobre mi cama escuchando mi FM favorita. A esos de los 4 de la tarde escucho que alguien abre la puerta del frente de casa. Supuse que era mi madre ya que a esa hora vuelve de trabajar. Salí de mi habitación y efectivamente vi a mi madre que estaba dejando su tapado en el perchero y venía a caminando rápidamente hacia donde me encontraba yo. Se la veía fantástica, se acercaba hacia mí con una gran sonrisa y veía como sus senos saltaban a medida que iba caminando. A decir verdad, siempre me atrajeron los senos de las mujeres maduras y mi madre tenia unos senos realmente envidiables hasta para una mujer 20 años menor que ella. Cabe destacar que ella ya estaba en los 44 años, pero realmente los años transcurridos no le hicieron mella sino que al contrario la volvieron mas sexy y apetecible para un chico como yo de 18 años.
Al llegar a mi me dio un gran beso en la mejilla y pude sentir por un instante como apoyaba uno de sus senos sobre mi pecho mientras que con la mano me tomaba del hombre.
¿Como esta el hombre de la casa? – Comento mi madre.
Bien, como siempre escuchando algo de música mamá.- Respondí yo normalmente aunque de solo verla ya me sentía un poco excitado.
¿Quieres que te haga la merienda? – Ofreció como lo hace cada tarde mi madre al llegar del trabajo.
Claro – Respondí sin demasiada emoción.
Me gustaba sentarme en la mesa de la cocina y ver como mi madre iba preparando la merienda para su consentido niño. Sobre todo me gustaba ver como tomaba las tazas de la alacena, ya que esta tarea la obligaba a ponerse de puntas de pie y la mayoría de las veces la blusa se le levantaba, lo que dejaba parte de la blanca piel de su abdomen ante mi lasciva vista. Cada día soñaba con poder acariciar esa piel tersa y suave. Para decir la verdad diariamente solía masturbarme pensando en mi madre. En general lo hacia después de la merienda, ya que mi madre, cansada después del trabajo, se iba a bañar y yo siempre dispuesto a ver mi madre desnuda, me acercaba al baño y solía espiarla por la mirilla de la puerta. La vista no era la mejor, pero por el solo hecho de ver, aunque sea por unos instantes, a mi madre desnuda a un metro mío ya era suficiente premio.
Me voy a bañar, tu termina la merienda y vete a estudiar un poco corazón – Dijo mi madre al dejar la merienda ante mí en la mesa.
No te preocupes mamá, hoy no tengo mucho que estudiar realmente. – Respondí sinceramente ya que esa mañana no me habían asignado ninguna tarea.
OK, entonces después del baño tal vez podamos ver una película en mi habitación, ¿Qué te parece?, ¿Te gusta la idea? – Pregunto mi madre.
Me encanta la idea – Respondí.
Por supuesto que me encantaba la idea, el solo hecho de compartir la cama de mi madre, con ella recién bañada y aun algo mojada, solo envuelta en su bata de baño, me excitaba terriblemente. No importa que película miráramos, yo solo podía concentrarme en ella y en sus voluptuosos senos que siempre se quieren escapar de esa bata que los contiene.
Creo que mi madre, sin demostrarlo demasiado, tenía algo de morbo en ese sentido, siempre que podíamos veíamos películas en su cama y ella siempre estaba vestida solo con su bata. Además solía apoyar su mano en mi vientre y acariciarme lentamente, como si lo estuviera haciendo de una manera aleatoria y distraída, aunque para mí con un gran talento para calentar a un hombre solo con caricias. Otras veces simplemente recostaba su cabeza sobre mi pecho, lo que me permitía tener una visión parcial de sus senos que frecuentemente provocaban erecciones en mí. Creo que mas de una vez se dio cuenta que tenía una erección, sin embargo nunca hizo nada, al contrario creo que cuando se daba cuenta que me estaba calentando en alguna forma se ponía mas cerca mío, mas mimosa y cariñosa. Lo cual como se imaginaran me volvía absolutamente loco.
A pesar de todas estas insinuaciones nunca había pasado más de ahí, después de las sesiones de películas simplemente iba al baño con el pretexto
o de orinar y me masturbaba en soledad pensando en mi madre recostada sobre mi pecho con la única prenda de una bata húmeda. Claro, no había pasado nunca nada hasta esta tarde de otoño, hace tres meses ya, que les estoy comentando.
Ya termine con el baño, cuando quieras ven a mi habitación y vemos una película – Gritó mi madre desde la puerta del baño.
Yo ya sabía que mi madre había terminado con el baño, como se imaginaran hacia solo cinco minutos estaba en la puerta del mismo espiando como se bañaba y como recorría cada parte de su cuerpo enjabonándolo con dedicación. Al verla ponerse la bata ya dispuesta a salir, corrí hasta mi habitación y me recosté en mi cama como si nada, tratando de ocultar mi erección por si a mi madre se le ocurría venirme a buscar. Espere un momento que mi erección retrocediera y me dirigí a la habitación de mi madre. Al llegar la encontré recostada de lado en la cama con su cabeza apoyada en una de sus manos, con su bata blanca. Una pierna se descubría insinuante, intentando escapar de la bata que la apresaba. Con la mano derecha me indicaba en lugar de la cama donde quería que me acostara, el mismo que utilizaba mi padre cuando aun estaba con nosotros. Creo que en parte mi madre aun extrañaba tener a un hombre a su lado en la cama cada noche, y yo me estaba convirtiendo en un hombre rápidamente. Obedeciendo a mi madre sin mencionar palabra alguna me recosté a su lado y ella automáticamente puso su mano sobre mi pecho.
Estas desarrollando un muy buen físico hijo, creo que pronto no habrá chicas que resistan un hombre como tu, porque ya casi eres un hombre por lo que veo.- Comento mi madre.
Claro que ya casi soy un hombre, lamentablemente un hombre virgen aun, desesperado por descubrir los placeres del sexo junto a su madre. No sabia que pensar con los comentarios de mi madre, imaginaba que estaba jugando conmigo, pero estaría intentando conquistarme o solo fueron comentarios inocentes de una madre a un hijo.
Espero que eso ocurra pronto, ya que por la suerte que tuve hasta ahora ninguna niña me ha dado la oportunidad de estar con ella – Respondí
No puedo creer que aún no te hayan descubierto, pero no te preocupes pronto harán fila en tu puerta – Dijo mi madre con una leve sonrisa y un brillo muy particular en sus ojos.
Encendimos el televisor y no mencionamos palabra por un buen rato. La película era una comedia romántica, de las que ama mi madre, pero a decir verdad era bastante aburrida hasta para ella. Tenía poco de comedia y poco de romántica por lo que no le estábamos prestando demasiada atención.
Estoy aburrida. Toma, usa el control remoto y cambia de canal. – Menciono mi madre mientras se daba vuelta y apoyaba su cabeza sobre mi pecho dejando gran parte de sus senos al alcance de mi mano.
Si, a mi también me aburre, veremos que otra cosa hay – Le comenté.
Fui pasando de canal en canal pero realmente no había nada interesante para ver. Parece mentira que habiendo tantos canales disponibles en el cable nunca puedas encontrar nada interesante. De todas maneras yo no quería apagar el televisor. Temía que al apagarlo, se acabara la excusa para estar casi abrazados con mi madre en su cama.
Apaga el televisor no hay nada para ver. – Dijo mi madre de pronto.
Muy a mi pesar tuve que apagarlo, supuse que al apagarlo mi madre se levantaría e iría a hacer algunas tareas de la casa terminando con mi fantasía de esa tarde. Grande fue mi sorpresa cuando mi madre no solo no se levanto sino que se acomodo más cerca mío.
Ya eres grande hijo, y creo que podemos pasar unos momentos juntos tranquilos en mi cama y charlar sobre nuestras vidas y nuestros problemas. ¿No crees? – Sentencio mi madre.
Seguro mamá – Respondí presuroso, mientas sentía que mi pene crecía mas y mas con las caricias de mi madre.
Mira te voy a hablar sinceramente, te he pillado varias veces espiándome cuando me baño. A mi no me molesta, pero me parece que deberías buscar a otras mujeres, no puedes seguir espiando a tu madre desnuda. – Comento mi madre sin mirarme a la cara pero sin dejar de acariciarme.
Quede boquiabierto sin dar crédito a lo que estaba escuchando de mi madre. Siempre pensé que era el secreto mejor guardado del mundo eso de espiarla pero parece que ella hacia un buen tiempo que conocía mis costumbres. Debe ser el sexto sentido de las madres como dicen.
Un momento después continúo:
La verdad, aunque me de vergüenza decirlo, me siento muy halagada de que me espíes, me hace sentir sexy y atractiva y además desde que tu padre no está con nosotros nunca he estado con otro hombre y extraño un poco esa sensación.
¿De verdad nunca has vuelto a estar con otro hombre?, ¿Cómo es posible con lo bella que eres? – Pregunte.
La verdad nunca encontré a otro hombre como tu padre, creo que existe un solo hombre en el mundo que puede estar a su altura. Y ese sin duda eres tú. – Dijo mi madre con un dejo de timidez pero decidida a hablar francamente.
Como te decía antes no me molesta que me veas desnuda, pero creo que es injusto para mí, ya hace varios años que no te veo totalmente desnudo y creo que si tú puedes verme desnuda, yo merezco verte desnudo a ti. Aparte desde hace tiempo tengo ganas de saber que tanto heredaste de tu padre y por lo que se ve bajos las sabanas has heredado bastante. – Continúo mi madre.
No podía creer lo que me estaba sucediendo. Tantas fantasías, tantos sueños, todos a punto de hacerse realidad en esa tarde de otoño en la habitación de mi madre. Mi erección en ese momento ya era sublime, creo que con un suspiro de mi madre acabaría litros de leche sobre su cama.
¿Quieres que me desnude delante de ti? – Le pregunte tartamudeando.
Claro, no es tan terrible, solo me gustaría verte desnudo como tú me ves a mi cada día cuando me baño. Dale, ponte junto a la cama y quitate la ropa. – Respondió mi madre.
Lentamente me levante y fui quitándome cada una de mis prendas delante de los ojos, cada vez mas lascivos según mi criterio, de mi madre. Cuando estaba solo con el bóxer mi erección era inocultable y mi madre se entusiasmo al ver el tamaño que tenia mi pene erecto, supongo que era tan grande o mas que el tamaño del pene de mi padre.
Wow, que buen pedazo has heredado, realmente tu pene es una belleza. – Dijo mi madre al caer por fin mi bóxer.
Es lo que tú y papá me han dado madre. ¿Te gusta? – Respondí sin pensarlo.
Como no va a gustarme hijo, me encanta, creo que es aun más grande que la de tu padre. – Respondió mi madre, mientras acercaba su mano a mi pene para acariciarlo.
Que suave y duro esta. ¿Siempre se pone así cuando me ves? – Pregunto mi madre.
Siempre se pone así de duro cuando veo tu cuerpo mamá, me excitas mucho. – Conteste. Aunque para ser sinceros nunca había sentido una erección así, el morbo de que mi madre me estuviera viendo había hecho que mi pene creciera hasta limites que no conocía.
Ya veo – Dijo mi madre.
Para ser justos tú también deberías desnudarte madre. – Dije siguiendo el juego de ella había comenzado y que ya no parecía tener retorno.
¿Quieres que me desnude aquí y ahora? – Pregunto mi madre.
Claro, he esperado este momento desde hace mucho, y no voy a dejar pasar esta oportunidad. – Dije con la voz más autoritaria que pude obtener de mi garganta en ese momento. Quería demostrar a mi madre que ya era todo un hombre, que era el hombre de la casa y que era quien mandaba.
Bueno, creo que es un trato justo. – Respondió mi madre mientras dejaba caer su bata delante mío.
No podía creer lo que estaba viendo. Mi madre desnuda delante mío, yo desnudo delante de ella, los dos en su cuarto, los dos muy excitados, por lo que podía notar en mi madre. Por fin podía ver las tetas de mi madre en plenitud, grandes, pesadas, con enormes pezones oscurecidos por los años, y muy duros, sobre todo eso, los pezones muy duros y parados. Su cintura estrecha y su pubis, ahh su pubis era increíble, bien depiladito, solo atravesado en su centro por una línea de pelos oscuros muy prolijos. Parecía que mi madre, queriéndolo o sin quererlo, se había preparado para la ocasión. Y yo estaba listo para darle todo lo que me pidiera.
Dime, ¿te has masturbado mucho pensando en mi? – Inquirió mi madre.
Diariamente – Respondí
¿Diariamente?, sabía que te calentaba pero no creí que tanto, pensé que solo era un tema de hormonas y curiosidad. – Respondió mi madre.
No solo me calientas mamá, eres lo mas importante para mí, no puedo vivir mas así, te necesito, necesito tu cuerpo, tu sexo, necesito tenerte a mi lado cada noche, necesito hacerte el amor hasta quedar agotados, necesito ser tu hombre y que tu seas mi mujer. Quiero ser para ti todo lo que fue papá. – Continué.
¿Sabes que es lo que mas le gustaba a tu padre que le hiciera? – Cuestiono mi madre.
No- Respondí, ansioso por conocer la respuesta.
Le encantaba que se la chupara, decía que era toda un putita profesional para chuparla. – Respondió mi madre.
Me gustaría comprobarlo – Desafié a mi madre que ya parecía decidida a chuparla aunque yo no lo quisiera.
Ven acércate a mi – Continuo mi madre mientras se sentaba desnuda al borde la cama.
Cuando me encontré frente a ella, puse mi pene frente a su boca y aguarde ansioso la primera y mejor chupada de mi vida. Mi madre tomo mi pene desde su base y lo acerco cada vez más a su boca.
Mmmm, que grande es, ¿crees que podré comérmela toda hijo? – pregunto mi madre.
Y sin aguardar respuesta empezó a pasar la cabeza de mí, cada vez más duro, miembro por sus labios. Primero recorrió su labio superior humedeciéndolo cada tanto y humedeciendo la cabeza de mi pene al mismo tiempo. Luego continúo con su labio inferior, una y otra vez, sentía como la respiración de mi madre se iba agitando cada vez más. Notaba como le calentaba sentir el olor de mi pene, el olor a macho junto a su cara, sentía como ella iba recordando todas las sensaciones de estar con un hombre y sobre todo recordaba como se calentaba con mi padre. Mi madre sentía que estaba nuevamente con él, que su hombre había vuelto y que nunca más la dejaría. En ese momento me prometí a mi mismo que yo seria realmente el nuevo hombre de mi madre, seria su macho y seria quien la satisficiera cada noche en su cama, aquella cama en donde había compartido tantas noches de sexo, lujuria y placer con mi padre. Ahora el generador de todo ese sexo y esa lujuria sería yo, y de ningún modo defraudaría a mi madre en eso.
Lentamente fue introduciendo mi miembro en su boca, por un momento parecía que no iba a entrar, pero la técnica de mi madre era la de una verdadera puta, mi padre tenia razón, si algo sabía hacer mi madre era chuparla. No podía creer el placer que estaba recibiendo y sobre todo de quien lo estaba recibiendo. La excitación era tal que pronto tendría que acabar.
Mamá, aguarda mamá, voy a acabar no puedo resistir más. – Dije desesperado temiendo llenar la boca de mi madre de mi leche caliente y que ella se disgustara.
Por un momento mi madre saco mi miembro de su boca y mientas acariciaba su cara con el me dijo:
Hijo, no quiero que te resistas ni que te aguantes, quiero probar tu leche, quiero dejarte sequito y quiero tragarla toda
Ya con solo esas palabras me podría haber hecho acabar en su cara, pero pedo resistir y un momento después mi madre se introdujo el pene nuevamente en su boca. A la primera embestida de su boca contra mi pene no pude aguantar más y acabe como jamás había acabado llenando la boca de mi madre de mi leche caliente y espesa.
Mi madre sin abrir la boca en lo más mínimo, trago hasta la última gota toda la leche que salio de mi pene. Cuando hubo lavado y limpiado bien mi miembro con su lengua me miro y me dijo:
Espero que te haya gustado hijo, no puedo creer la leche que te ha salido, me has llenado completamente y es tan rica como lo era la de tu padre. A partir de ahora quiero que seas mi hombre, ya no dormirás en tu habitación, sino que dormirás en esta cama con tu madre como lo ha hecho por años tu padre. Quiero que me hagas el amor todos los días y quiero sentir ese pene duro dentro mío cada noche. No te arrepentirás de tu madre, puedo darte más placer que cualquier otra mujer en este mundo y tú puedes darme mas placer que cualquier otro hombre. Ahora si eres el hombre de la casa y nunca nadie te quitara ese lugar. Eres mi hijo, mi amante, mi esposo y por sobre todo eres mi macho, mi maquina de placer y mi proveedor del sexo mas lujurioso.
A partir de ese día ya no duermo en mi cuarto. Chupar las tetas de mi madre y sus chupadas de mi miembro son las cosas más maravillosas y calientes que me han pasado en mi vida. Ya no tengo que espiarla cuando se baña para verla desnuda sino que cada tarde nos bañamos juntos y tenemos largas sesiones de sexo. Andamos casi siempre desnudos por la casa y tenemos relaciones constantemente. No veo la hora de convertirme realmente en el esposo de mi madre.
Que tengas un excelente día saludos té envidio suerte matador y disfruta