La isla desierta
Diego te he deseado desde que te vi en el barco por cubierta. Sin más tendido sobre la cama ella se sentó sobre mí, abrió sus piernas y se introdujo mi polla en su coño. Comenzó a mover sus caderas arriba y abajo, fuimos lentamente fundiéndonos en uno solo, sus gemidos y jadeos aumentaron, sentí […]