SILVIA LA AMANTE
Le mandé un dedo en su ano, nada dijo. Luego dos, y entonces gritó «Nooooo, la cola es de mi esposo». Varias veces leí en esta página relatos de distinta índole y nivel, pensando que en algún momento lo mío llegaría a ocupar un lugar. Hoy, se cumple esa situación. Me presento, me dicen Negro, […]