INES 3
Cuando sentí sus bragas mojadas, me fui directo a sus tetas, que en el estado en que me encontraba las veía majestuosas, sus pezones pedían a gritos ser engullidos, ella me jalaba de la nuca, para que no parase. Al caer la noche sonó el teléfono de la habitación y contestó Alejandra, mi esposa, era […]