Parejas Liberales, Infidelidad, Fetichismo. Visitamos con Isabel a su prima Marta que tenía un niño de tres meses. Marta es una mujer de 26 años, tez blanca, cabello castaño, cintura pequeña, gran trasero y unas piernas sumamente sexys. Además sus tetas estaban muy hinchadas ya que amamantaba a su niño.
Luego de varios cruces de miradas y sonrisas pícaras, Marta decide que es hora de amantar a su bebé. Comenzó a hacerlo y al ver su pecho en la boca del niño estuve a punto de quitarle el bebé de su seno y ser yo quién se pusiese allí chupando. Al terminar con su niño lo dejo en su cuco durmiendo y volvió con nosotros. Yo me senté junto a ella y comencé a tocarle las piernas. A ella le causo rubor y miró a Isabel, quien le aconsejó que disfrutase del momento, que se olvidase de los prejuicios, del pacato de su marido y que a ella no le molestaba que disfrutase conmigo. Entonces me anime y pase a tocar a Marta en su entrepierna y le abrí la camisa para que salieran sus tetas. Ella apretaba sus tetas con sus manos mientras yo estimulaba su clítoris con una mano, de su vagina brotaban muchísimos jugos, estaba excitada, pero lo que más me lleno de morbo eran sus gemidos unidos con la leche materna que salía de sus tetas mientras las apretaba. Entonces me desnude por completo. Mi pene estaba a toda su fuerza y grosor. Me acercó hasta Marta, sin interrumpirla saco mi lengua y la llevo directamente a sus tetas y con un suave roce de la punta de mi lengua comienzo a pasarla por donde se derramaba su leche materna. Fui subiendo poco a poco, con lentitud. Ella al sentir eso se erizo por completo y soltó un gemido suave y profundo, mi lengua subía y subía hasta que por fin llego a su pezón, que estaba muy duro, súper erizado, comencé a mover mi lengua de un lado a otro sobre él. Ella gemía cada vez más pero yo desea su leche materna, así que abrí mí boca y comencé a succionar con fuerza una de las tetas. Sentía cómo chorros de leche materna salían de su seno, el gemido de ella fue muy fuerte, en ese mismo instante metió tres de sus dedos en su vagina masturbándose con mucha fuerza. Unos pocos segundos pasaron y ella gritó como alocada dando la bienvenida a un orgasmo.
En esos momento, mis ganas de penetrarla eran enormes, así que abro sus piernas y me meto en ellas, pongo mi glande hinchado en su vagina que ya estaba muy húmeda y comencé a embestirla con furia, Ella empezó a gemir nuevamente, sus jugos salían por los bordes de los labios de su estrecho coño que apretaba mi polla. Unos segundos después me corrí dentro de ella y luego ella se corrió clavando sus uñas en mi espalda. Después de ello ella se desnudo del todo y nos pusimos a hablar con ella e Isabel. Marta nos contó que no follaba con su marido desde que había quedado embarazada.
Al rato me acerque a ella y baje mi cabeza hasta la teta que no había mamado, y comenzar a chuparla. Isabel se acerco y comenzó a mamarle la otra mientras se masturbaba. Marta disfrutaba mucho de las mamadas de sus tetas, las cuales se habían llenado de leche de tanta mamada y estaban hinchadas como globos. El sabor dulce de su leche materna que surgía de su teta con mis succiones era morbo para mí. Marta por su parte comenzó a masturbarse y era evidente que la combinación del frotado de su clítoris y la succión de sus tetas la habían puesto a arder. Entonces me suplico sollozante que la penetrara otra vez. Me senté en un sillón y la hice sentarse de espaldas sobre mí, penetrándola vaginalmente. Mientras la follaba con mis manos apretaba sus tetas. Ella se sacudía sin parar. Isabel nos miraba y se masturbaba caliente con nuestra escena. Después de cinco minutos saque mi polla de su coño e hice que Marta se girase y se montara a horcajas sobre mi polla. Ella en esa posición se sacudía con bestialidad sobre mi polla, y yo le succionaba alternativamente las tetas sin piedad. De esa forma ella llego a un orgasmo de proporciones épicas, que la dejó sin habla por diez segundos, con sus ojos volteados, sus uñas totalmente clavadas en mi espalda hasta el punto de sacarme sangre. Luego de esos segundos gimió profundamente y yo, con mi pene aún dentro de ella, siento como su vagina tiembla, como se abre y cierra, lo que me produce un placer indescriptible. Yo aún no me había corrido y estaba muy caliente. La recosté en el sillón, saque mi pene de su coño y me acercó a Isabel, quien seguía masturbándose y estaba muy caliente. Ella me pide que la folle, pero yo la pongo de rodillas y le pongo la polla en la boca, con mis manos en su cabeza la empujo para que se la meta toda, ella succiona la polla, lo hace con una delicia increíble, y ya sin poder resistir más me corro dentro de ella, quien sigue y succiona, dejando sin semen a mi pene. Ella saca mi pene de su boca y me muestra que allí esta mi semen, de un sólo sorbo se lo traga todo, su cara de morbo y satisfacción eran únicas.
De regreso al hotel, Isabel estaba muy caliente, ya que en casa Marta yo no la había penetrado. Me dijo que quería follar pero que necesitaba dos pollas. Me pidió que con alguna excusa llamase al chico de la recepción, un jovenzuelo que siempre la miraba con lascivia. Llame y le pedí al recepcionista que subiera urgentemente que había un problema en la habitación. Mientras tanto Isabel se despeloto. Al tocar la puerta, ella dijo que pasaran. El recepcionista entro y se quedó patidifuso al ver a Isabel despelotada. Ella no le dio tiempo a reaccionar, se acercó a él y le abrió la camisa y comenzó a lamerle el pecho y las tetillas. El chico se calentó y comenzó a besarla mientras las manos acariciaban los pechos de Isabel. En ese momento entro yo en el juego colocándome detrás de Isabel. La besaba en el cuello, sujetando sus pechos con mis manos para que el chico se los lamiera. Isabel estaba súper excitada, pero yo no dejaba al chico tomar la iniciativa y le decía lo que debía hacer. Yo le dije al chico que se arrodillara para comerle el coño a Isabel. Al mismo tiempo yo me puse a lamer los pechos de Isabel y a succionarlo como había hecho con Marta, aunque en este caso era imposible que saliese leche materna de ellos. Entonces hice que Isabel se arrodillara para chupárnosla a ambos. Se puso de rodillas comenzando a chupar nuestras duras y empalmadas pollas deseosas de sexo. Nos chupaba a ambos, una y otra, al tiempo y que no dejaba de meneárnosla con sus manos. Los dos gemíamos de placer. Entonces coloque a Isabel apoyada sobre un escritorio dándonos la espalda. Ella súper excitada pedía que la follen que necesitaba una polla dentro de ella. Le dije al chico que comenzase. Él se acercó a ella y la penetro. Mientras aquella polla dura la poseía desde atrás, yo le lamia los pechos, y tocaba su clítoris. Isabel no dejaba de gemir como poseída por el demonio, el no dejaba de meter y sacar su polla de dentro de ella, así se corrió dentro de ella e Isabel tuvo su deseado orgasmo.
Entonces nos fuimos a la cama para estar más cómodos. Yo me senté detrás de Isabel e hice que abriese las piernas en uve, ofreciendo su sexo para que recepcionista se lo comiera. Él se colocó entre las piernas y comenzó a lamer el chorreante coño, al tiempo que introducía sus dedos en él, moviéndolos con gran destreza. Yo desde mi posición le magreaba las tetas y la besaba en la boca. Una vez Isabel estaba de nuevo a mil la tumbe en la cama, la abrí de piernas y le metí mi dura polla hasta lo más profundo de su ser. Mientras, el recepcionista acerco su polla a la boca de Isabel ofreciéndosela. Ella acepto encantada. Yo la follaba sin parar mientras ella se la chupaba a otro chico. Isabel no podía más, comenzó a mover su cadera cada vez más rápido a chupar aquella polla con más rapidez. Yo me di cuenta que estaba a punto de correrme y fui frenando. Me levante, acerque una silla y le pedí a Isabel que se sentara encima mío. En esa posición la penetre hasta el final por el culo. Entonces eleve sus piernas abriéndolas y ofrecí su coño al chico para que lo penetrase. Yo por detrás, el por delante, comenzamos a follarle sin parar. Isabel para ayudar apoyaba sus manos en la silla. Nosotros aumentamos el ritmo poco a poco. Isabel gemía como una loca y gritaba que no pararan de follarla. Así llego su segundo orgasmo, fue impresionante. Yo me corrí en su culo casi al mismo tiempo. Entonces me levante y me apoye contra la pared, teniendo en el aire a Isabel pasando mis manos por debajo de sus piernas. Mi polla seguía dura en el culo de Isabel. En esa posición se acercó el chico meneándose la polla para acabar entre gemidos corriéndose entre los pechos de Isabel. Después de ello el recepcionista tuvo que volver a su puesto y nosotros nos acostamos a descasa después de un día agitado.