Hola me llamo Marcelo el relato es producto de una noche de alcohol y lujuria.
Mi madre es una mujer muy hermosa que me tuvo a los 17 años, ella trabajaba como modelo de pasarela para ropa de moda, mi padre la abandonó cuando se enteró que estaba encinta, desde entonces nunca le he conocido hombre alguno.
Ahora ella tiene 40 años yo 24 vivimos en el Perú, esto fue algo progresivo siempre vivíamos solos y nos paseamos con ropa interior en la casa sobre todo en verano, pero como siempre pasa las revistas porno, los amigos, las películas porno fueron haciendo mella en mi y empecé a ver a mi madre con ojos de hombre, cada vez se me hacia más difícil mirarla en ropa interior y no tener un erección, ella sigue practicando aeróbic y hace pesas o sea tiene un culito bien duro y unas tetas bien paraditas sin hablar de que tiene una carita de ángel.
Siempre viste con esas falditas delgadas que se pegan al cuerpo y de vez en cuando aprovechaba para rozarle mi pene duro por esas ricas nalgas, ella se daba cuenta pero no le tomó importancia, pero una noche nos invitaron a una fiesta de sus amigos modelos, nos miraban como si fuéramos enamorados yo soy alto y simpático, bueno resulta que empezamos a tomar unos whiskys la cosa que nunca me presentó como su hijo solo decía,… te presento a Marcelo…
Las horas fueron pasando y siempre estaba parada delante mío yo sentía sus nalgas duras que se apoyaban en mi polla dura, yo me rozaba a tal extremo que empezaron a salir una gotas de liquido seminal, estaba seguro que ella también me sentía, pero entonces me olvidé de quien era ella y le pasé el brazo para que se pegara más a mi, y ella no puso resistencia, estábamos muy mareados y nos fuimos como a las 3.00 am de la madrugada.
Tomamos un taxi y nos sentamos en la parte trasera del carro, ella se recostó a mi y yo la abracé, le besaba las mejillas, le sobaba las piernas, subía lentamente hasta los muslos, casi podía ver el triangulo blanco de su trusa, ella llevó su mano a mi polla que ya estaba a mil y me dijo, hijo eres todo un hombre, en ese momento la empecé a besar, nuestras lenguas se encontraron desesperadamente hasta que llegamos a la casa, bajamos casi cayéndonos del taxi.
Una vez dentro de la casa nos quitamos la ropa quedándonos completamente desnudos, ella decía el nombre de mi padre, creo que se confundió por la borrachera que traía.
Me empezó a mamar la polla dura de tope a tope, yo no podía creer lo que estaba pasando, mi madre con mi pinga en su boca cogiéndome las bolas, la escena me excitaba más así que se me vino la leche llenando toda su boca chorreándose por la comisura de sus labios, siguió chupando y se tragó toda la leche, poniéndome al fierro otra vez, se echó con las piernas bien abiertas enseñándome la concha, se la fui metiendo poco a poco, quería gozar cada momento, hasta que estaba completamente dentro de ella, empecé a moverme de una manera salvaje, ella gritaba decía, destrózame Carlos, es el nombre de mi padre, a mi no me importaba, yo seguía penetrándola.
Se volteó se puso en cuatro patas y cogió mi polla y se la llevó al orificio del ano, yo estaba como loco y empujaba sin contenerme, ella gritaba de dolor yo también gemía de dolor y placer, por que ese huequito apretaba mucho hasta que terminé llenándole su culito de leche, ella también tuvo su orgasmo quedándonos tendidos en la cama desnudos y sudosos En la mañana siguiente mi madre se despertó y se dio cuenta de lo que había sucedido, gritó y dijo, ¡Marcelo!…no puede ser, yo me desperté y le dije si mamá fue hermoso y ella me dijo hijo no…yo pensaba que estaba con tu padre…
Le dije que ya no importaba eso que de ahora en adelante yo seria su hombre y que la amaba mucho la besé en la boca y volvimos a amarnos, no salimos ese día, y hasta la fecha llevamos una vida de pareja…
Autor: Arrecho